Ganadoras morales

Hoy comprendí lo que es una victoria moral.

Teníamos la presentación de un trabajo final en el curso de Derecho de la Información. Se trataba de un debate. Nuestro caso era el de la publicación de un afiche por parte de un organismo de gobierno, en donde aparecía una foto de una joven mapuche que había sido tomada sin su consentimiento.

Nosotros defendíamos al organismo de gobierno: imposible de ganar por donde se mirara.

La cosa es que nos preparamos harto. Había que presentar un informe escrito, y debatir. Incluso nos disfrazamos, Luisi desempolvó los zapatos de taco (nah, mentira, eran de mi hermana que estuvo de candidata a reina de su curso), se alisó su pelito y planchó la falda.

Igual el día partió más o menos no más, porque guardé la ropa en la mochila (ni cagando salgo así a la calle, jojojo) y recordé que si iba a ponerme la falda y las pantys de malla... TENÍA QUE DEPILARME LAS PIERNAS... trabajo arduo, porque el invierno ha sido largo y Luisi está soltera desde hace mucho. La cosa es que salí atrasada y llegué tarde a clases, pero no importa tanto porque era una clase mula.

Cuando se empezó a acercar la hora, Luisi comenzó con un nerviosismo extraño, un nerviosismo que me recordó los momentos previos al examen de Deontología, cuando estuve al borde de echarme el ramo, pero salvé con honores. Debo reconocerlo: la histeria se apoderó de mí. Es que odio este tipo de trabajos, pero soy tan huevonamente responsable, que no pude negarme a cambiar el lugar de mi compañera cuando me pidió hace unos días que yo fuera la contra-argumentadora.

En esencia era:
Un presentador que introducía el caso. Un argumentador qué decía por qué debíamos ganar. Y yo, que según lo que dijera el grupo contrario, tenía que hacerlos pebre... Por lo tanto sólo había deducido su posible defensa, pero no tenía nada armado y la consigna era improvisar. De todos modos hubo cosas que teníamos contempladas.

¡¡¡Yo!!! que soy tan tímida y buena persona. Qué miedo más grande. Pero salió todo bien. Tan bien que la galucha apostaba por nosotras (incluso hubo aplausos, aunque dudo de su espontaneidad, jajaja) a pesar de que era imposible a todas luces que ganáramos.

Finalmente no ganamos (¡¡¡POR LA PUCHA PUCHA!!!). Pero quedó en el aire y en nosotras, esa sensación de que lo hicimos muchísimo mejor, y que deberíamos haber triunfado. El problema era que, por una cosa de empatía, más allá de los argumentos, todos concuerdan en que NA QUE VER QUE USEN TU FOTO SIN TU PERMISO Y TÚ TE ENTERES PORQUE LA VISTE DE CASUALIDAD.

Igual yo no me siento enrabiada, porque lo mejor de todo es que esto al fin terminó. Estuve muy acelerada toda la semana. Creo que por fin puedo darme unas horas de paz antes de dedicar mis feurzas al último trabajo en grupo que nos queda en otro curso.

Ufffff.

Somos como la selección: jugamos como nunca y perdimos como siempre, jajajaaja. Nos faltó la pura celebración en el Passapoga con modelos de moda. Yo quiero mi Nico Rico no más.