Supongamos que estoy a 4 días de entregar mi investigación de título (ya que no hay examen de grado), pero no puedo concentrarme y me veo en la obligación de escribir en mi blog porque se me ahogan los pensamientos.
Supongamos que uno se entera de cosas, o más bien ya se enteró pero lo reafirma, que son obvias porque ha pasado un kilo de tiempo y el curso de la vida es así, pero bueno; supongamos que uno siente igual un alfiler.
Supongamos que uno lo siente igual que el otro día. Ese día se pasó, hoy también pasará, pero mientras eso ocurre, punza.
Supongamos que uno ya ha evolucionado ciertos aspectos y retomado la felicidad, por lo tanto el alfiler es eso, no es un clavo ni una broca de taladro, sólo un alfiler de ésos que se ponen en los diaros murales de plumavit de los colegios del estado.
Supongamos que uno es de plumavit.
Entonces siente el alfiler.
Supongamos que uno quiere escribir poemas para decir que "roberta" es una puta. Uno jamás dirá su nombre verdadero (eso no hay que suponerlo). Pero no da con las palabras. No las encontró ese día, ni lo hará ahora (que suponemos que estamos a horas de entregar la investigación de título).
Supongamos que uno aunque escribe en el blog y es feliz, siente el alfiler real durante... ¿6 horas? Da igual.
Uno empieza a creer que a lo mejor las evoluciones no son tan reales. Estamos suponiendo.
Quizás uno ES plumavit, no de plumavit. Quizás uno, en esto de las suposiciones, tiene el dedo pegado en algún teléfono que siempre se está usando.
Quizás no es cierto que haya un "roberto" de modo serio en uno, como sí una "roberta" en alguna parte.
Y uno quiere decir que "roberta" hace un deporte, pero no se puede. Supongamos que uno no habla de estas cosas.
Pero uno no conoce a "roberta" (pero es puta, eso no hay que suponerlo. Es puta porque uno es bruja), por lo tanto qué puede decir. Nada.
Uno sabe una cosa no más: que uno tiene un alfiler en la plumavit. Que en otro lado del sistema de ubicación mundial (que podríamos determinar a través de un GPS) hay otras estructuras más bien de cobalto, litio, o hierro, pero no de plumavit. Que allí los alfileres ni siquiera se posan.
Supongamos que en realidad no es uno, son varios. A lo mejor uno los ignora todo este tiempo y de pronto los ve, aunque sabe que mañana ya no estarán.
Supongamos que uno le escribió a gente bella ya y le dijo de esto de los alfileres y ya se sintió un poco más de cartón piedra. Pero ¿y cuando vuelven?
Supongamos que este blog lo lee harta gente y que los que leen conocen mi supuesta estructura metafórica.
Supongamos que tienen ganas de decir algo sobre los alfileres. Algo como que en algún momento se vuelven de azúcar o que no, que quizás uno un día ya no es de plumavit, sino que peor.
PS: Supongamos que uno le da las gracias al gurú por entenderlo a la 1:40 AM y solucionar el 90% de casi todo.
Supongamos que uno se entera de cosas, o más bien ya se enteró pero lo reafirma, que son obvias porque ha pasado un kilo de tiempo y el curso de la vida es así, pero bueno; supongamos que uno siente igual un alfiler.
Supongamos que uno lo siente igual que el otro día. Ese día se pasó, hoy también pasará, pero mientras eso ocurre, punza.
Supongamos que uno ya ha evolucionado ciertos aspectos y retomado la felicidad, por lo tanto el alfiler es eso, no es un clavo ni una broca de taladro, sólo un alfiler de ésos que se ponen en los diaros murales de plumavit de los colegios del estado.
Supongamos que uno es de plumavit.
Entonces siente el alfiler.
Supongamos que uno quiere escribir poemas para decir que "roberta" es una puta. Uno jamás dirá su nombre verdadero (eso no hay que suponerlo). Pero no da con las palabras. No las encontró ese día, ni lo hará ahora (que suponemos que estamos a horas de entregar la investigación de título).
Supongamos que uno aunque escribe en el blog y es feliz, siente el alfiler real durante... ¿6 horas? Da igual.
Uno empieza a creer que a lo mejor las evoluciones no son tan reales. Estamos suponiendo.
Quizás uno ES plumavit, no de plumavit. Quizás uno, en esto de las suposiciones, tiene el dedo pegado en algún teléfono que siempre se está usando.
Quizás no es cierto que haya un "roberto" de modo serio en uno, como sí una "roberta" en alguna parte.
Y uno quiere decir que "roberta" hace un deporte, pero no se puede. Supongamos que uno no habla de estas cosas.
Pero uno no conoce a "roberta" (pero es puta, eso no hay que suponerlo. Es puta porque uno es bruja), por lo tanto qué puede decir. Nada.
Uno sabe una cosa no más: que uno tiene un alfiler en la plumavit. Que en otro lado del sistema de ubicación mundial (que podríamos determinar a través de un GPS) hay otras estructuras más bien de cobalto, litio, o hierro, pero no de plumavit. Que allí los alfileres ni siquiera se posan.
Supongamos que en realidad no es uno, son varios. A lo mejor uno los ignora todo este tiempo y de pronto los ve, aunque sabe que mañana ya no estarán.
Supongamos que uno le escribió a gente bella ya y le dijo de esto de los alfileres y ya se sintió un poco más de cartón piedra. Pero ¿y cuando vuelven?
Supongamos que este blog lo lee harta gente y que los que leen conocen mi supuesta estructura metafórica.
Supongamos que tienen ganas de decir algo sobre los alfileres. Algo como que en algún momento se vuelven de azúcar o que no, que quizás uno un día ya no es de plumavit, sino que peor.
PS: Supongamos que uno le da las gracias al gurú por entenderlo a la 1:40 AM y solucionar el 90% de casi todo.
2 comentarios:
Supongamos que no caché una pero que te deseo suerte en la entrega...
supongamos que llueve
o nos caemos al mar
y el/los alfiler/es se oxidan... uff,
pero se des/hacen, el plumavit...
(en fin, sabes)
Besos gigantes
no solubles.
Publicar un comentario