Falta para el festival aún, y yo tengo que saber expresarme, así es que me vi en la obligación de regresar subversivamente a mi bitácora.
Al fin las cosas están tomando forma en lo que llamaremos "la organización", no daré más detalles de quiénes son porque quiero pelarlos, jajajaja. Nooo, es una broma. Me he encontrado buena gente en esto de la organizatividad, que se conjuga también con los pelmazos de siempre, ésos no fallan.
Esta gente está hacienco cosas bonitas en las poblaciones, trabajando con los jóvenes y los niños, COMO DEBERÍAN HACER TODOS, así es que tuvimos que saber asociarnos para poder ligar el festival con las causas sociales... y se viene super weno, pero ya les daré noticias.
El tema central que no se ha hablado acá por mi ausencia es LA OFICINA. Bueno, la oficina es mi oficina, o es más bien la sede de mi empresa, donde yo trabajo en pijama si es que no tengo reuniones, jajaja, nooo, trato de vestirme y levantarme temprano, salvo los fines de semana. Bajo la escalera de mi pieza y ZAS estoy en la oficina. Yo creo que recién va a cumplir un mes desde que estoy en este espacio oficinesco y desde que la empresa se ha oficializado.
Esta semana daré por terminado el primer trabajo oficial de la empresa: una campaña de prevención, que me quedó tan WENA que casi me rompieron los oídos de tantos halagos por mi creatividad.
Así se concreta una inquietud espiritual que desde tiempos inmemoriales me lanza a ser mi propia jefa y hacer lo que realmente quiero y no trabajarle un peso a tragababuscones.
Es bastante para decir. Hasta enmarqué mi título (rascamente, como dicta la tradición marginal) y ahora toda la magia que genere mi intelecto superior (hablamos de un CI de 136, pero ya habrá tiempo para referirse a ello) saldrá de estas paredes azules donde están colgados los cuadros de Juan, y que pronto deberé dar a sus dueños lo que dejará la oficina vacía, y eso no está bien.
Lo que me estaba matando en el pasado era levantarme todos los días a una hora demasiado temprana para mí, a cumplir los sueños de otra persona. Porque aunque a uno le guste su trabajo, o aunque le paguen bien como era mi caso, todo lo que uno hace no es para uno. Es para ese empleador. Y no importa las vueltas que le den, eso es así. Uno no trabaja para uno. Punto.
Yo quería trabajar para mí misma, levantarme a cumplir MIS propios sueños, lo que yo visualizo para un país mejor, lo que yo creo que es bueno para una campaña, impulsar los proyectos que yo he armado en mi propia cabeza. Y que sea rentable, si tampoco es el país de la Jauja.
Y voy bien. Estoy super contenta porque se trabaja mucho pero para uno mismo. Y eso no tiene precio.
Me tiene que bastar por ahora. Y aunque diga NOOOOO, YO QUIERO MÁAAAS, me va a tener que bastar por ahora. Porque no tengo nada más.
Al fin las cosas están tomando forma en lo que llamaremos "la organización", no daré más detalles de quiénes son porque quiero pelarlos, jajajaja. Nooo, es una broma. Me he encontrado buena gente en esto de la organizatividad, que se conjuga también con los pelmazos de siempre, ésos no fallan.
Esta gente está hacienco cosas bonitas en las poblaciones, trabajando con los jóvenes y los niños, COMO DEBERÍAN HACER TODOS, así es que tuvimos que saber asociarnos para poder ligar el festival con las causas sociales... y se viene super weno, pero ya les daré noticias.
El tema central que no se ha hablado acá por mi ausencia es LA OFICINA. Bueno, la oficina es mi oficina, o es más bien la sede de mi empresa, donde yo trabajo en pijama si es que no tengo reuniones, jajaja, nooo, trato de vestirme y levantarme temprano, salvo los fines de semana. Bajo la escalera de mi pieza y ZAS estoy en la oficina. Yo creo que recién va a cumplir un mes desde que estoy en este espacio oficinesco y desde que la empresa se ha oficializado.
Esta semana daré por terminado el primer trabajo oficial de la empresa: una campaña de prevención, que me quedó tan WENA que casi me rompieron los oídos de tantos halagos por mi creatividad.
Así se concreta una inquietud espiritual que desde tiempos inmemoriales me lanza a ser mi propia jefa y hacer lo que realmente quiero y no trabajarle un peso a tragababuscones.
Es bastante para decir. Hasta enmarqué mi título (rascamente, como dicta la tradición marginal) y ahora toda la magia que genere mi intelecto superior (hablamos de un CI de 136, pero ya habrá tiempo para referirse a ello) saldrá de estas paredes azules donde están colgados los cuadros de Juan, y que pronto deberé dar a sus dueños lo que dejará la oficina vacía, y eso no está bien.
Lo que me estaba matando en el pasado era levantarme todos los días a una hora demasiado temprana para mí, a cumplir los sueños de otra persona. Porque aunque a uno le guste su trabajo, o aunque le paguen bien como era mi caso, todo lo que uno hace no es para uno. Es para ese empleador. Y no importa las vueltas que le den, eso es así. Uno no trabaja para uno. Punto.
Yo quería trabajar para mí misma, levantarme a cumplir MIS propios sueños, lo que yo visualizo para un país mejor, lo que yo creo que es bueno para una campaña, impulsar los proyectos que yo he armado en mi propia cabeza. Y que sea rentable, si tampoco es el país de la Jauja.
Y voy bien. Estoy super contenta porque se trabaja mucho pero para uno mismo. Y eso no tiene precio.
Me tiene que bastar por ahora. Y aunque diga NOOOOO, YO QUIERO MÁAAAS, me va a tener que bastar por ahora. Porque no tengo nada más.
2 comentarios:
Te felicito LUISA BALLENTINE
Me parece maravillosamente increíble este acto de autogestión.
Porque creo fielmente en ello y porque son muy pocas las personas que son capaces de desarrollar estos proyectos con éxito.
Ahora es el primer pasito, pero estoy segura que te irá la raja, pork eris busquilla caura y muy profesional.
En serio, toy japi por la noticia.
K te vaya lindo.
Xu
una chica que estubo conmigo tambiun era superdotada ,pero solo tenia como 105 sin el sosten y duras eh que eso vale .
froylan santos.
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