Lo que me gusta de las revelaciones es su presentación en formato de epifanía. Uno está sentado o caminando o leyendo y de repente "ooohhh" aparece ese momento de iluminación en el que una buena porción de cosas cobran sentido.
Puede ser en cualquier ámbito de la vida, lo importante es el segundo aquél en que alguno de los misterios que tratamos de descifrar, muestra su cara y enseña la verdad de lo que andamos buscando.
A pesar de que las búsquedas son procesos largos, las revelaciones continúan siendo instantes precisos que todo lo cambian. Ya sea que nos muestren algo bueno o algo malo.
Se trata de apariciones escasas en todo caso, no se manifiestan con frecuencia, pero cuando lo hacen desarrollan una serie de impulsos en nosotros mismos que nos llevan a hacer algo con esa verdad.
Como dice el dicho: si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, estás peor que cuando no sabías.
Una de mis primeras revelaciones de este proceso en el que estoy, ocurrió durante mi viaje a Frutillar. Había ido a pensar, a buscar algo, a reflexionar, pero no estaba segura de haberlo conseguido. La tarde del regreso, contemplando la extensión del lago, comprendí algo que ahora aparece en otra dimensión: la definición de demencia es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes.
Bueno, así seguí en mi proceso cada vez con más fuerzas y las epifanías se han seguido presentando. Las respuestas a los por qué son cada vez más claras, la necesidad de saber más, al mismo tiempo, es cada vez mayor obviamente. Una vez que abres ciertas puertas no hay marcha atrás, no puedes sino mirar y tratar de adaptarte al nuevo mundo que se ofrece.
El mundo de la economía es fascinante. Y más fascinante aún es que no es necesario conocer las curvas de demanda y oferta para tener éxito en un negocio. Ayuda, pero no es imprescindible.
Como sea. No me canso de la epifanía permanente que da el saber cosas nuevas, el reafirmar las antiguas y el encontrar ese cuadro que encaja perfecto en tu sistema de pensamiento y que te hace decir "eeeeeeeeeeeeeeeeeeeecolecuá".
Puede ser en cualquier ámbito de la vida, lo importante es el segundo aquél en que alguno de los misterios que tratamos de descifrar, muestra su cara y enseña la verdad de lo que andamos buscando.
A pesar de que las búsquedas son procesos largos, las revelaciones continúan siendo instantes precisos que todo lo cambian. Ya sea que nos muestren algo bueno o algo malo.
Se trata de apariciones escasas en todo caso, no se manifiestan con frecuencia, pero cuando lo hacen desarrollan una serie de impulsos en nosotros mismos que nos llevan a hacer algo con esa verdad.
Como dice el dicho: si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, estás peor que cuando no sabías.
Una de mis primeras revelaciones de este proceso en el que estoy, ocurrió durante mi viaje a Frutillar. Había ido a pensar, a buscar algo, a reflexionar, pero no estaba segura de haberlo conseguido. La tarde del regreso, contemplando la extensión del lago, comprendí algo que ahora aparece en otra dimensión: la definición de demencia es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes.
Bueno, así seguí en mi proceso cada vez con más fuerzas y las epifanías se han seguido presentando. Las respuestas a los por qué son cada vez más claras, la necesidad de saber más, al mismo tiempo, es cada vez mayor obviamente. Una vez que abres ciertas puertas no hay marcha atrás, no puedes sino mirar y tratar de adaptarte al nuevo mundo que se ofrece.
El mundo de la economía es fascinante. Y más fascinante aún es que no es necesario conocer las curvas de demanda y oferta para tener éxito en un negocio. Ayuda, pero no es imprescindible.
Como sea. No me canso de la epifanía permanente que da el saber cosas nuevas, el reafirmar las antiguas y el encontrar ese cuadro que encaja perfecto en tu sistema de pensamiento y que te hace decir "eeeeeeeeeeeeeeeeeeeecolecuá".
2 comentarios:
enséñame a decifrar las revelaciones, a mí pareciera q se me revela algo, pero no sé qué, o no sé "decirla"
Ya po, pero si eso quiere hacer, pero te da miedo!! Lo conversamos con nuestra COCA COLA en los martes de medios, jajajaja.
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