30 de octubre de 2009

Vivimos con miedo

Así se llamaba una exposición que hace unos años trajo una fotógrafa. No recuerdo de dónde era, ni dónde se expuso. Tampoco las fotos porque no la vi, pero recuerdo el nombre.

Vivimos con miedo en estos instantes.

Se ejecutó la parte uno del plan de desalojo de los arrendatarios. Cayeron los automáticos, quedaron oscuras las piezas en arriendo con deuda.

Al principio confusión, preguntas. Luego enfrentamientos verbales en el patio. Yo soy un roble y mi posición es super clara: se les entregó un informativo con fechas y acciones; no un listado de propuestas para discutir, por lo tanto el que les paguen los primeros días del mes o el 5 me da igual. La fecha era 30 y 30 es hoy.

Dejé la discusión hasta ahí. A los dos minutos apareció alguien con plata para pagar. Ok, de acuerdo al instructivo tienen todo este mes para gozar de luz si pagan el arriendo, así es que subí un automático.

Y entonces el boicot interno.

Mi mamá, como todas las mamás, piensa en los hijos ajenos, en los niños, en los bebés. Me dice que en una de las piezas hay una guagua de 5 meses, que el vapor de la vela le puede hacer mal, que no sé qué, que ella está de acuerdo en cortar la luz de día, pero no de noche.

Me enfurecí.

Pero la mamá de uno es la mamá de uno. Ante eso hay bastante poco que hacer. Y la casa es de ella. Si no me gusta la tiene que ir soy yo.

Claro que su decisión trae consecuencias. Le dije: si me haces subir el automático, yo lo voy a hacer, pero eso va a tener repercusiones. No las vas a tener todas esta vez. Tienes que elegir. Me dice: obvio que yo la voy a elegir a usted, pero pone su cara de perro de 2 metros y no hay caso.

Me hace subir un automático y ahora tiene que enfrentar las consecuencias.

Como sea.

Van recién 30 minutos desde el corte. Se rumorea que "me van a pegar" como dice la jerga popular. Vivimos con miedo. Lamentablemente el miedo se vence de una sola manera y es enfrentando, así es que no me queda otra alternativa.

Si me agarran en la calle o en el patio y me sacan la chucha, me sacarán la chucha no más y acá quedará el testimonio.

No les voy a mentir, estoy cagá de miedo; pero acá mi familia tiene más miedo que yo, así es que me hago la valiente y finjo, porque si no bien podemos seguir así otros 10 años y, como ya dije, yo llego hasta acá no más. Me estoy jugando el último cartucho que hay como ya vaticiné anteriormente. Es ahora o no será nunca.

Estoy atrincherada, no puedo salir, debo estar aquí controlando todo y haciéndome cargo de la situación. Aquí me quedaré. No habrá fiestas de jalowin para Luisa ni entretenidas actividades. Acuartelada en mi propia casa. Corriendo peligro. Acaparando comida.

No importa, hasta el final. Prefiero morir con honor que vivir sin gloria.

Vivimos con miedo. Porque ésta es la guerra.

No hay comentarios.:

Relacionados

Blog Widget by LinkWithin