Aventuras de mis 19 años (ayer)

Estoy desconociendo un poco este 2010. Es cierto. Lo mandaría a lavarse la cara y entrar de nuevo porque con esas actitudes no va la cosa. No, no, no.

Pero para ser justos, los acontecimientos que se arrastran desde el 2009, pasan por 2009; así es que no vamos a permitir que arruinen este hermoso año que acaba de comenzar.

Dellabú: Yo con 19 años mirando por la ventana del entrepiso de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile con una amiga de aquellos entonces, veo lo inveíble: mi querido Pancho M. con su novia besándose justo en la entrada del edificio.

Pancho M., un amor platónico de aquéllos por los que uno sentía grandes pasiones. Un Nick Carter de carne y hueso. Uno se imaginaba situaciones en que él te invitaba a salir o te confesaba su amor. Qué tiempos.

Ese día, cuando vi a Pancho M. con su novia y supe que era cierto: no teníamos ninguna posibilidad (lo que era cierto desde antes, pero el amor ciega la realidad); casi me morí. Metafóricamente hablando, claro. Me dio todo lo que se podría decir que es CALETA DE PENA Y TRISTEZA y el mundo fue un lugar menos luminoso.

Ayer, 6 años después, me sentí otra vez de 19. Otra vez mirando desde la ventana mientras el Pancho M. del momento me restriega en mi cara que sale con otra. Y el mundo fue un lugar menos luminoso.

Diferencias hubo varias. Este Pancho M. no sabía que yo quería con él. O bueno, quizás lo intuía porque igual jugué un par de cartas. No lo vi besando a la perra del momento; pero fue peor. Ahí yo, en esa ventana del entrepiso (que era una silla más bien de un lugar) miraba esa mano posarse sobre esa otra mano y mi corazón era un vidrio de azúcar de ésos que se ocupan en las películas para que se rompan sin desgarrar.

Esto es lo mismo. Se rompe, pero no se desgarra. Y los restos que quedan los podemos poner el té porque son de azúcar.

Ok, ¿cuándo volví a tener 19 años? Lo que siguió después fue una rápida despedida mía tipo escape urgente saquenmé-de-acá, tras el envío de unos mensajes de texto a unos amigos en onda "AYYYYYYYYYYYYYY TENGO MUCHA PENAAAAAAAAAA" y caminar más o menos una hora (el tiempo que separa el nefasto lugar donde otra vez perdí un amor, de mi casa) sintiéndome abatida y derrotada.

Lo que me da más pena esta vez es que acá sí podría haber tenido una oportunidad. Bah, yo pensaba. Yo decía: ahora si que sí. Y no. El mundo fue un lugar menos luminoso. El año nuevo dijo "ahora si que otra vez no". Lo tuve que mandar a lavarse la cara y llegar de nuevo porque así no es como deben ser las cosas.

Y como la onda zen reflexiva nos obliga siempre a buscar la puta enseñanza, me puse a buscar mi enseñanza que podría ser: ser más rápida, porque acá estuve muy lenta, me la ganaron por quedada; y creerme más el cuento, que vendría a ser como tener un Bonini detrás de mi oreja que me diga "VAMOS MAMÁ, TE QUIERO VER, VAMOS LUISA Y LA CONCHA DE TU HERMANA". Sí, eso sí que sería algo bueno.

Lo otro distinto es que tras unas largas dos horas de gran tristeza sin llanto, ojo, que eso ya sería tener 15; se me pasó. Bueno... se me pasó un poco. Qué tanta weá, pensé, next no más. Si esto es así. La ruleta del amor tiene que girar rápido, no se puede quedar mucho tiempo estacionada en el mismo casillero si es que nadie sube.

Así es que next, entonces. Como no soy masoquista no pienso mantener mis interacciones voluntarias con lo que llamaremos "esta gente". Me quedan las obligatorias de las que no me puedo zafar, pero bueno, en las que son optativas no me volverán a ver este HERMOSO ROSTRO los malditos.

Con esto quería graficar que tras la pena vino la rabia y el enojo máximos que hace odiar a esos dos tontos del culo. A ella por maraca y a él por aweonao. Sí que sí. Los odio y los quiero matar mucho mucho.

En fin. Este tipo de situaciones me obliga a regresar a la raíz de los maestros para que nuevamente encaminen mi siempre empedrado camino hacia el amor.

Me río de tener 19 años todavía. Cuando tenía 19 de verdad no me reí tanto, sufrí mucho por Pancho M. Ahora no sufriré una mierda, los mando a todos a cagarse en sus madres y lavarse las patas un ratito.

Y luego de haberme desahogado espero, en la fe del señor y su santo reino glorioso, volver a tener 25 a un mes y medio de 26 y comportarme a la altura. Como una mujer grande que vive aventuras de mujer grande con hombres de verdad. Inof con los hombres que no me dan bola.

Ah, y que pa la próxima que la vida me quiera mandar a alguien que me guste tanto tanto tanto y que de verdad me haga desear estar con esa persona tanto tanto tanto, se encargue de que sea mutuo.

Inof con los desajustes. TONTOS DEL CULO TODOS.

Amén. :D sonrisa.