Update
Con mucho esfuerzo y moviendo muchos contactos, conseguí que nos visitara un ingeniero experto en el barrio que ha trabajado en la rehabilitación de casas de adobe. Me dijo que estaba todo bien acá, que los daños eran esperables y que se podía arreglar 100%, que no se va a caer bajo ninguna circunstancias y que por nada del mundo la soltemos porque es hermosa.
Curioso que en Molina a una amiga la arquitecta de la municipalidad le dijo a todo el barrio que tenían que demoler, y luego un ingeniero les dijo que no, que sólo había que botar un par de muros, no todo.
Aguanten los ingenieros!!!!
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Creo que en la vida las cosas siempre pasan por algo y es siempre para mejor.
Por lo general nunca lo entendemos así, pero lo es. Sobre todo cuando se trata de cosas materiales que se pueden arreglar aunque cueste.
La vida es así. Un día nos toca estar arriba y otro abajo. Pero siempre avanzando y haciendo frente a los obstáculos.
No es definitivo, pero las noticias no son buenas. El daño estructural de la casa es mayor del que pudimos dimensionar en un comienzo. Las grietas traspasan los muros y la estructura de la casa es, en estos momentos, muy frágil.
Ahora, con este pronóstico desalentador en frente, comprendo por qué compré un departamento de un día para otro sin tenerlo contemplado, por qué me demoré mil años en hacerle su sitio web cuando eso me toma 3 horas y por qué el dinero que estábamos esperando para Tío Caco se demoró tanto en llegar que aún no llega.
Porque el riesgo es demasiado grande y al parecer es un milagro que la casa esté en pie y no le haya pasado nada a mi gente. Porque en realidad siempre estuvo en mi destino ser la habitante de ese lindo departamento en el piso 25. Porque para qué recibir todo ese dinero y echar a andar un negocio cuando en el año 2010, en el mes de febrero, iba a haber un terremoto grado 8 en Santiago... y la casa no lo iba a resistir.
Entonces todo el panorama está tan claro que es desgarrador. Y aunque celebramos la vida y nos damos cuenta de que la historia podría haber tenido un final distinto en términos de vidas huamans, no podemos evitar el estar profundamente tristes de que sobre la mesa esté hoy una posibilidad que nunca antes estuvo. La demolición.
Estamos esperando a los expertos municipales que lidian día a día con casas de adobe de estos barrios, pero parece que en vez de enfocar nuestra fe en pensar que todo va a estar bien con esta hermosa propiedad, tenemos que enfocarla hacia el futuro y lo que construiremos sobre esta historia que parece llegar a su fin.
Es un día muy triste. Pero estamos vivos, tenemos a donde ir, tenemos parte de lo material. Y si esta casa ha de caer frente a nosotros, superaremos el dolor con esperanza en lo que renacerá de los escombros. Porque el espíritu es el mismo y no se agota, y aunque bastó un tercer terremoto para tambalear hasta el fin nuestra casa, la familia sigue en pie para reescribir la historia y enfrentarnos a lo que sea.
Tío Caco sigue en pie en nuestros corazones. Y nosotros también, aunque lloremos con profundo dolor el fin de una era.
Pronto espero poder darles detalles definitivos de los informes de ingeniería. Por ahora sólo les puedo decir que nos vamos el viernes de acá.
Con mucho esfuerzo y moviendo muchos contactos, conseguí que nos visitara un ingeniero experto en el barrio que ha trabajado en la rehabilitación de casas de adobe. Me dijo que estaba todo bien acá, que los daños eran esperables y que se podía arreglar 100%, que no se va a caer bajo ninguna circunstancias y que por nada del mundo la soltemos porque es hermosa.
Curioso que en Molina a una amiga la arquitecta de la municipalidad le dijo a todo el barrio que tenían que demoler, y luego un ingeniero les dijo que no, que sólo había que botar un par de muros, no todo.
Aguanten los ingenieros!!!!
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Creo que en la vida las cosas siempre pasan por algo y es siempre para mejor.
Por lo general nunca lo entendemos así, pero lo es. Sobre todo cuando se trata de cosas materiales que se pueden arreglar aunque cueste.
La vida es así. Un día nos toca estar arriba y otro abajo. Pero siempre avanzando y haciendo frente a los obstáculos.
No es definitivo, pero las noticias no son buenas. El daño estructural de la casa es mayor del que pudimos dimensionar en un comienzo. Las grietas traspasan los muros y la estructura de la casa es, en estos momentos, muy frágil.
Ahora, con este pronóstico desalentador en frente, comprendo por qué compré un departamento de un día para otro sin tenerlo contemplado, por qué me demoré mil años en hacerle su sitio web cuando eso me toma 3 horas y por qué el dinero que estábamos esperando para Tío Caco se demoró tanto en llegar que aún no llega.
Porque el riesgo es demasiado grande y al parecer es un milagro que la casa esté en pie y no le haya pasado nada a mi gente. Porque en realidad siempre estuvo en mi destino ser la habitante de ese lindo departamento en el piso 25. Porque para qué recibir todo ese dinero y echar a andar un negocio cuando en el año 2010, en el mes de febrero, iba a haber un terremoto grado 8 en Santiago... y la casa no lo iba a resistir.
Entonces todo el panorama está tan claro que es desgarrador. Y aunque celebramos la vida y nos damos cuenta de que la historia podría haber tenido un final distinto en términos de vidas huamans, no podemos evitar el estar profundamente tristes de que sobre la mesa esté hoy una posibilidad que nunca antes estuvo. La demolición.
Estamos esperando a los expertos municipales que lidian día a día con casas de adobe de estos barrios, pero parece que en vez de enfocar nuestra fe en pensar que todo va a estar bien con esta hermosa propiedad, tenemos que enfocarla hacia el futuro y lo que construiremos sobre esta historia que parece llegar a su fin.
Es un día muy triste. Pero estamos vivos, tenemos a donde ir, tenemos parte de lo material. Y si esta casa ha de caer frente a nosotros, superaremos el dolor con esperanza en lo que renacerá de los escombros. Porque el espíritu es el mismo y no se agota, y aunque bastó un tercer terremoto para tambalear hasta el fin nuestra casa, la familia sigue en pie para reescribir la historia y enfrentarnos a lo que sea.
Tío Caco sigue en pie en nuestros corazones. Y nosotros también, aunque lloremos con profundo dolor el fin de una era.
Pronto espero poder darles detalles definitivos de los informes de ingeniería. Por ahora sólo les puedo decir que nos vamos el viernes de acá.
7 comentarios:
Fuerza no más y mucho ánimo para seguir con los proyectos!!
aah si necesita ayuda, para cualquier cosa avise y ahí estaremos poniéndole no el hombro, sino que espalda, pies y brazos que para eso existe harta fuerza de sobra!
Con fe. Acá estamos todos contigo.
Con fe. Acá estamos todos contigo.
Saldrás adelante, Luisa. No me cabe duda de aquello. Un gran abrazo y fuerza.
qué maravilla de noticia, por eso son ingenieros como dice mi padre, para usar el INGENIO...
Ojalá que todo se solucione y que su etapa de andar de cambio de casa sea provisorio!
Abrazos... siempre te leo
ps: postea qué tipo de ingeniero es? ingeniero calculista? :-s cuáles son los que ven eso en las casas?
Gracias a todos! Qué sustazo nos pegamos, qué bueno que fue falsa alarma.
Mayi, es ingeniero constructor, me estoy consiguiendo a un calculista, pero eso demora un poco más. Poco a poco moviendo mis contactos.
Besoo
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