18 de noviembre de 2010

Soñé

que iba caminando por el paseo Ahumada. O eso creí cuando desperté, ahora que lo pienso era Huérfanos por donde iba.

Y de repente pasabas tú y yo me hacía la que no te veía, pero igual esperaba que tú te acercaras y me dijeras alguna cosa. Pero nada pasó. Y entonces pensé que debería saludarte porque, después de todo, no iba a suceder nada malo.

Me devolví buscándote y terminé entrando en un edificio donde se suponía que estabas. En este punto ya olvidé parte de lo que pasaba, pero había una mujer. La cosa es que de repente sales en silla de ruedas y con daño cerebral. Y me sonríes.

Y no sé por qué me sentí bien de que me reconocieras... al menos.

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