30 de noviembre de 2010

Tráfico de influencias 0 - Don de la palabra 78907654

Esta historia cuenta la tragedia de una niña muy especial y weoncita más conocida como mi hermana, que perdió el comprobante de retiro del pasaporte que debíamos ir a buscar hoy porque lo dejó arriba de una tele y se voló al parecer... Ven que cuando digo especial y weoncita no exagero.

Y como la vida es maravillosa, estos sacos de wea de los funcionarios públicos se fueron a paro hoy y sólo dejaron entrar a personas con el comprobante en mano. Quienes no lo tenían, debían joderse hasta mañana, pero mañana viajamos y uno nunca quiere correr el riesgo de ir a retirar un documento el último día en caso de que pase algo.

La mandé a poner una constancia en Carabineros para ver si con eso la dejaban entrar. Y no. Pero yo sí entré porque como no soy especial ni weoncita, tenía mi comprobante asegurado.

Estando adentro hice lo que toda persona sin absolutamente ningún contacto haría: ponerle bueno para que la dejaran entrar. Con tan buena fortuna que lo logré y un funcionario le dijo a la señora guardia "deje entrar a la hermana de la señorita". El diálogo siguió más o menos así:

-Es que ella no tiene el comprobante.
-No importa, déjela entrar.
-Pero deben ser las reglas iguales para todos.
-Que pase altiro que estamos con poca gente.
-Ok, la iré a buscar.

Y yo al lado luciendo una de esas sonrisas tétricas de los muñecos de ventrílocuo. Masterpuppet. No tengo ninguna influencia en el mundo público ni privado, pero tengo otra cosa que vale por todo: el don de la palabra.

Tenemos los pasaportes y estamos listas. Mañana en la noche, o más bien el jueves en la madrugada, a las 03.30 AM despegamos rumbo a Punta Cana vía Copa con escala en Panamá. Cerca de las 14.30 horas (local) nos esperan en un resort absolutamente maravilloso con 4 piscinas, 7 restoranes y muchos kilómetros de playa privada. All inclusive. Yeah, baby.

Para todo eso existe Mastercard... ver la cara de tu hermana la primera vez que viaja en avión en su vida no tiene precio.

El don de la palabra tampoco.

2 comentarios:

°°Janekeo°° dijo...

qué eres cruel para referirte a tu hermana jajajaja aunque en realidad, si yo hubiese sido ella y fuese la primera vez que viajaré en avión a otro país obvio que guardo el comprobante como hueso santo jojojoj

en fin... hermanos menores ...

nos toca ser hermanas mayores por siempre no más :/


que lo pases genial!

Luisa Ballentine dijo...

Tranquila, Mashi, así nos llamamos nosotras, ella estaba acá mientras escribía el posteo y se cagaba de la risa de sus chascarros.

Lo pasaremos porcino!

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