29 de noviembre de 2010

Vicisitudes de dueña de casa

Resulta que como no cocino, compro muchas cosas envasadas, entre ellas la verdura. Y la otra vez compré un paquete de cebolla, pero como los días en que a uno le da por cocinar cosas así super elaboradas que llevan cebolla son mucho menos que aquéllos que deberían ser con el objetivo de poder usar el paquete entero... se me echó a perder más de la mitad.

Y bueno, ahí quedó hasta que se pusó hediondo y lo boté. Pero como era medio líquido y la bolsa tenía un hoyo y la de basura también (y yo no sabía, obvio), se formó un charco fétido de líquidos percolados en mi cocina mezclado con otras cosas que había tirado.

Cosa que llego, piso la cocina y me mojo todo lo que son las patas porque andaba con chalas... CERDO.

JAJAJAJAJA. Me da mucha risa. Claramente no nací para esto, pero le pondré un poco más de empeño, lo juro.

Y ya lavé con cloro, así es que aquí no ha pasado nada.

2 comentarios:

patricio mujica dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, "un charco fetido de liquidos percolados"... me he remorido de la risa con sus vicisitudes, querida. PORQUE TAMBIEN ME PASAN ESAS COSAS! :D


Clorox esta contigox :)

Luisa Ballentine dijo...

Jajajajaa, qué bueno saber que no estoy sola!

Y como siempre digo: quieren que uno sea excelente empresaria, simpática, amable, que mantenga 3 casas y además que cocine y no se me olvide sacar la basura??? noooo, tienen que elegir, no se puede tener todo ajajajaja.

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