25 de mayo de 2011

Sobre la familiaridad y la impersonalización en un post tan random como la vida misma

La muerte del bebé de Juanita Viale me ha dado mucha pena. Siempre me da pena cuando muere alguien, me gustaría que la gente no muriera, ya saben. Ni las mascotas.

En fin. Los medios están haciendo lo suyo de una manera atroz, como siempre, yo no veo tele abierta y no veo noticias desde hace varios años, pero sí leo diarios. Lo que me preocupa es lo que dice la gente, cuando comentan las noticias, por ejemplo.

He leído comentarios que simplemente me hacen pensar... NO PODÍ PENSAR NI MENOS DECIR ALGO ASÍ EN PÚBLICO. Lo que me lleva al post anterior, nuevamente. Un tema un POCO recurrente en este blos.

Como sea, estoy muy cansada del machismo de este país y de la moral conservacionista. Sobre el machismo, me dan lo mismo los chistes, no me molestan. Lo que me molesta es que haya gente aún que piense que el comportamiento de los hombres y las mujeres se mide con distinta vara. Que una mujer infiel tiene una categoría distinta de la que tiene un hombre infiel; que un padre puede trabajar 12 horas al día y no ver a sus hijos, pero una mujer sálvenos dios para que no lo haga. Y así miles de historias del universo que seguramente ustedes ya están pensando.

Los hombres y las mujeres NO SOMOS IGUALES, completamente de acuerdo, PERO TAMPOCO SOMOS TAN DISTINTOS.

Y luego, sobre el conservacionismo moral, o sea... QUÉ ONDA, GENTE. Comentarios del tipo "cómo alguien es capaz de ejecutar tal o cual acto, qué inmoralidad", me tienen chata. Cosas como ésta pasan todos los días. No son ni buenas ni malas, son. Cada cual pone sus propios límites personales de lo que considera que le queda cómodo hacer en su vida y a partir define si algo le parece bueno o malo, para sí mismo.

Se les ha pasado la mano con esta historia de infidelidad, sólo porque creemos "conocer" a los involucrados. Yo no sé ustedes. Yo no los conozco, nunca he almorzado con ellos, no hemos ido de vacaciones. Como gran cosa antes veía a Gonzalo Valenzuela en el Mori, antes de que se radicara en Argentina, y una vez creo que lo entrevisté... o no, parece que fue a Benjamín Vicuña, en fin. Hay gente que parece que sí, porque hablan con una familiaridad escandalosa.

Me encanta ver tele, veo tele todo el día, pero creo que para muchas personas se está difuminando bastante la línea entre lo REAL y lo ficticio. Entre lo que es mi vida y lo que es importante en mi vida; y las vidas de la gente que aparece en la pantalla... QUE NO SON LA MÍA y de las cuales no tengo detalles.

Esa familiaridad que genera la impersonalización del consumo de medios, aplicada también a las redes sociales, me preocupa. Me preocupa que de verdad estemos tan disociados de la vida real, de lo que somos, de nuestra esencia, que seamos capaces de decir cosas tan feas sobre una persona que no conocemos. Nos sentimos con el derecho de hablar mierda de otra gente, porque creemos que los conocemos y que sabemos qué onda sus vidas. Y además, sabemos cómo deberían vivirlas, y como no lo hacen a nuestra manera, vamos y los puteamos por toda la internetósfera.

No sé a qué se deberá esto con certeza. Hay miles de estudios, teorías, etc. Sólo sé que es una más de esas pequeñas cosas de todos los días, que hacen de este mundo un mundo menos amable y más hostil. Yo sé que ya los tengo chatos con el tema de la tolerancia, pero tiene que ver también con eso.

Estos fenómenos sacan lo peor de cada uno. Es la típica cámara indiscreta donde le preguntan a alguien "oiga, qué piensa de Carlitos" (siendo Carlitos un personaje famoso) y la gente dice "noooo, es un imbécil, es lo peor del universo", "y usted le diría eso en su cara?", "obvio, me encantaría decírselo", "bueno, aquí está Carlitos, dígaselo".

NUNCA, pero NUNCA, y eso que esta cámara indiscreta es re vieja, NUNCA he visto a una sola persona, que sea capaz de mantener lo que ha dicho, cuando se encuentra con Carlitos de frente. Siempre agachan el moño. Le bajan el perfil "noooo, es que igual usted... igual es buena persona".

Y esta cámara se analiza desde el punto de vista del doble estándar. Yo creo que ya no tiene que ver con doble estándar; tiene que ver con esa familiaridad impersonal. O sea, de verdad NO TE CONOZCO, ésa es la realidad, pero por los medios y mi consumo personal de información, siento que SÍ TE CONOZCO, y me siento con el derecho de opinar de ti y decirte muchas cosas. En el momento en que te tengo de frente, se pierde esa familiaridad. En realidad no te conozco, y me siento avergonzado por haber dicho lo que dije de alguien que no conozco. Se pierde la familiaridad al aparecer la persona de verdad, es decir, se gana en personalización. O sea, no le estamos hablando al viento, hay una entidad detrás de esa imagen y cuando aparece en toda su expresión, uno queda inerme.

Ya, me fui a la mierda. Pero es lo que creo.

5 comentarios:

Little dijo...

Luisa, acabo de leer este post que no es nuevo, pero me cayó como anillo al dedo. Me he entretenido mucho leyéndote, pero este tema en particular me hace mucho sentido porque justamente hoy pensaba en lo mismo que planteas. De hecho tuitié crípticamente esta tarde refiriéndome a esto (para los que no entendieron el tuit).
Es que hoy fue el paro de los colectivos en protesta por el alza de las bencinas... entre otros asuntos. Ocurre que en un momento de la marcha algunos de los choferes de colectivos agredieron a colegas de la prensa. Un hecho condenable y repudiable, no sólo por el atentado a la libertad de prensa y a la solidaridad con el gremio, sino porque para mí es repudiable cualquier agresión a una persona por hacer su trabajo. Por cierto también en este caso.
Y bueno, al leer los comentarios sobre esta noticia en los diarios web quedé muy espantada (la dura, espantada)por la violencia de las opiniones de gente que ofende con odio a los colectiveros -a todos, no sólo a los agresores- y que, peor, argumenta sobre la base del trabajo que ellos desempeñan como si fuera indigno y flaite. En serio, flaite.
Me toca particularmente el asunto porque soy hija de un gran hombre que por darme la profesión que hoy tengo debió manejar colectivos una vez que dejó de ser mano de obra joven y atractiva. Y resulta, paradójicamente, que la profesión que tengo gracias a él es la de periodista. Para mí, mi papá es mi héroe y mi modelo en la vida y que no haya podido verme desempeñando mi pega me apena mucho, porque mi papá murió un mes antes de titularme. De él, un hombre inteligente, aprendí a no ofender a la gente ni menos a subestirmarla por lo que haga o deje de hacer (o tener).
Lo mismo respecto a lo que tú dices: me impacta la violencia de opiniones que se lanzan livianamente contra gente que no conocen. En este caso, generalizar y ofender me parece tan violento como agredir a un colega.
Chuta que me fui en volá.

Little dijo...

La del comentario-testamento fui yo!! la Calu!!

Luisa Ballentine dijo...

Calu!!! Bien viejo este posteo, por eso tiene moderados los comentarios.

Yendo a lo que nos convoca: es una vergüenza lo que me cuentas, realmente. Y no me sorprende. Estamos viviendo entre medio de mucha violencia en todo ámbito. Pero que además la gente descalifique por el trabajo de una persona, pfffff, pior. Nos habla de violencia y de estupidez; y no sé qué es peor.

Te entiendo mucho, mi papá es guardia de seguridad y siempre lo miran en menos, pero filo. Uno sabe lo que importa realmente en la vida.

Besurro!

Little dijo...

Y las tremendas hijas, ve??? :)
Besurro para ti de vuelta y sí, a punta de penas y alegrías uno sabe lo que de verdad vale en la vida.

Luisa Ballentine dijo...

Seeeeeee, tremendas!!! Con alegría siempre :D

Relacionados

Blog Widget by LinkWithin