Hace 6 años que no leía una novela. De cualquier tipo. El último fue el Harry Potter 5 que me prestó mi amigo Juan el 2004. Muchos libros de management, finanzas y estrategia han pasado en este tiempo, pero ninguna historia. Hasta el año pasado, cuando estando en Punta Cana, leí Millenium, que había comprado en el aeropuerto de Buenos Aires en uno de mis viajes.
Traté de leerlo apenas lo compré, pero no pasé de la página 100. Y no es un problema de los libros, era un problema mío.
Bueno, en Punta Cana, aquel lugar donde todo es perfecto, maravilloso y a donde mi alma pertenece, pude terminarlo. Lo disfruté mirando el mar, el océano turquesa infinito, con reguetón de fondo, con los rusos en la camilla de al lado, al borde de la piscina, tomando un coco loco, etc.
Y da lo mismo el libro, que en todo caso me gusta mucho, lo importante es el retorno de este tipo de lectura.
Quise conseguirme el tomo 2 desde que regresé, pero recién me puse las pilas y me lo prestaron hace dos semanas y estoy a punto de terminarlo, hoy me bajo las últimas 100 páginas. Y me ha gustado mucho más que el otro, sin duda.
Lo más lindo ha sido recordar esos días de cama, arropada, leyendo historias, imaginando escenarios (que no son el balance de una empresa...). Lo he gozado mucho.
Es porque no tengo tele, es verdad, pero igual percibo la gracia y la magia del reencuentro. Me gusta leer de noche en la cama. Punto. De día no me gusta, me gusta sentir que termino de trabajar y me están esperando las aventuras de Lisbeth Salander.
Había olvidado lo que era eso. Y dado que no tengo pa cuándo volver a tener tele, me espera pronto Millenium 3 y luego, al fin, ¿terminar Harry Potter? Ojalá, tengo tremenda deuda con mi querido Harry. Me late que debería empezarlo de nuevo entero, no me acuerdo de nada!
Lo sé, mis lecturas están muy lejos de ser intelectuales... no me importa.
Millenium me devolvió algo que perdí hace muchos años. Listo.
Traté de leerlo apenas lo compré, pero no pasé de la página 100. Y no es un problema de los libros, era un problema mío.
Bueno, en Punta Cana, aquel lugar donde todo es perfecto, maravilloso y a donde mi alma pertenece, pude terminarlo. Lo disfruté mirando el mar, el océano turquesa infinito, con reguetón de fondo, con los rusos en la camilla de al lado, al borde de la piscina, tomando un coco loco, etc.
Y da lo mismo el libro, que en todo caso me gusta mucho, lo importante es el retorno de este tipo de lectura.
Quise conseguirme el tomo 2 desde que regresé, pero recién me puse las pilas y me lo prestaron hace dos semanas y estoy a punto de terminarlo, hoy me bajo las últimas 100 páginas. Y me ha gustado mucho más que el otro, sin duda.
Lo más lindo ha sido recordar esos días de cama, arropada, leyendo historias, imaginando escenarios (que no son el balance de una empresa...). Lo he gozado mucho.
Es porque no tengo tele, es verdad, pero igual percibo la gracia y la magia del reencuentro. Me gusta leer de noche en la cama. Punto. De día no me gusta, me gusta sentir que termino de trabajar y me están esperando las aventuras de Lisbeth Salander.
Había olvidado lo que era eso. Y dado que no tengo pa cuándo volver a tener tele, me espera pronto Millenium 3 y luego, al fin, ¿terminar Harry Potter? Ojalá, tengo tremenda deuda con mi querido Harry. Me late que debería empezarlo de nuevo entero, no me acuerdo de nada!
Lo sé, mis lecturas están muy lejos de ser intelectuales... no me importa.
Millenium me devolvió algo que perdí hace muchos años. Listo.
2 comentarios:
No sabe usted lo que me gusta leer esto :)
:) no tanto como a mí leer lo suyo :D
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