29 de enero de 2008

Tolerancia y pokemones

Basta de pokemones, basta de emos, basta de visuals. Dejémoslos vivir en paz. No puedo creer que como sociedad no seamos capaces de tolerar las diferentes opciones estético-conceptuales que los seres humanos eligen para vivir una parte de su existencia.

Ya me venía rondando en la cabeza esta intolerancia cochina que ha sido tan perceptible en el último tiempo en contra de los pokemones (en cuya figura representaré al resto de las tribus urbanas que pululan en nuestro país y el mundo). Yo no lo puedo comprender, así de simple.

Esta situación llegó al paroxismo con la columna que publica Soledad Bacarreza en El Mercurio de hoy y que usted puede leer haciendo click AQUÍ.

Primero que todo me parece que la columna es desproporcionada y totalmente descontextualizante y tergiversadora del "fenómeno" (entre comillas porque no me parece fenoménico que los jóvenes y las personas en general quieran vivir su vida del modo en que estimen conveniente) pokemón. Se dice allí que "el 80 por ciento de los pokemones son gordos. Claro, los monitos son redonditos, hay que parecerse a ellos". ¿SERÉ YO SEÑOR? Yo leo esto y vomito, me voy de hocico, me caigo de raja.

¿Estoy leyendo mal? ¿Estoy entendiendo mal? Lamentablemente no. ¿Soy sólo yo la que piensa que estamos frente a una observación profundamente despectiva y discriminadora que hace mofa de la condición física de unos... niños? (no olvidemos que estamos hablando de niños y adolescentes en cualquier caso, no de adultos formados ya y con criterio desarrollado).

Comprendo que la señora Bacarreza piense que la sacralidad que ella atribuye al termino "pokemón" se ha visto perjudicada con esta denominación que la tribu ha adoptado para autodesignarse. Y pido perdón por mi gran ignorancia en esta materia al no saber que ella era la autoridad designada para definir el uso de las palabras. En este mismo momento le escribiré un mail para ver si me autoriza la continuidad del nombre de este blog y de mis otros blogs, o para saber si está bien haberle puesto Visceralia a mi editorial, porque uno nunca sabe cuándo puede estar vulnerando los principios de la gran autoridad designada para definir el uso de las palabras.

COME ON, como dicen los gringos. O... ¿me estás cagando, nena?, como dicen los argentinos. Me parece de tan mal gusto creer que se tiene la verdad en cosas tan "democráticas" como la denominación que tiene un grupo que se pinta el pelo de colores y se lo alisa como un mantra o, y más importante, el estilo de vida que deciden llevar.

No sabía yo que teníamos que ser deportivos por ley. Que yo sepa en este país aún hay libertad de pensamiento, de opinión, de credo, de expresión, de prensa, etc. Y basados en eso, ¿sería muy loco creer que alguien está en su derecho de decidir que no le gusta el deporte y que prefiere alisarse su pelito y juntarse con los cabros en Lyon y autonominarse todos pokemones-emos-trashers-visuals-punkys-poperos-rockeros? Me parece que no es tan loco, ¿cierto?

Sigamos con el show de citas. "Los pokemones chilenos son obesos, jamás han ganado una medalla en nada, ni pertenecen a ninguna liga deportiva". Espero que estén leyendo lo que yo estoy leyendo, porque sigo tirada de culo en el suelo.

"Los pokemones chilenos son obesos" en un claro contexto de ofensa, no en un contexto de referencia como podría ser "muchos niños chilenos son obesos por las costumbres de la sociedad moderna". Por favor nótese la diferencia de eso tan primordial que llamamos "tono".

Yo diría, de hecho, que muchos niños, adolescentes, adultos, etc, son obesos. Y qué. Me parece que esto compete a la salud pública, a la familia en los pequeños, a uno mismo en los que ya somos grandes. Si es por irse en mala terminaríamos enumerando a cientos de subgrupos sociales que son obesos. Los niños que toman la purita cereal más allá de la edad recomendada, los hijos de los obesos adultos, los hijos de los papás que sólo conocen McDonald's, los computines, los gamers, etc. Estamos de acuerdo, se trata de personas que no son amigas del deporte y sí de la comida y los malos hábitos; pero si es por eso prefiero leer las columnas de los nutricionistas, de los sociólogos, etc; no de la fanaticada de pokémón, la serie. Y espero que todos tengamos claro que no son TODOS. Nunca en nada son TODOS, pueden ser muchos, pero no todos. Y qué.

Por demás cada uno de ellos merece respeto. Nada más. Nadie pide que los amen en masa, ni que los comprendan, ni que concuerden con su modo de vivir la vida. RESPETO, POR LA CRESTA, RESPETO.

Cuando me digo que no entiendo por qué es tan difícil ser uno mismo en este país, me topo con estas columnas, me topo con la respuesta. Acá no hay respeto por la diferencia. Hay un "seudorespeto" por esa diferencia que aún no difiere tan diametralmente con uno mismo. Por ejemplo, me imagino que Bacarreza no se sentirá tan atacada por la existencia de punkys en el deporte, o de rockeros, o de whatever; porque mientras sean deportivos es tolerable la diferencia.

Pero cuando se trata de gente que no está cercana al deporte, a los "buenos valores", a la areté, los lares y penates; entonces esa diferencia ya no gusta, ya no es bienvenida, es criticable, es digna de ofender en un diario de circulación nacional, y despierta todo tipo de libertades, como creerse con el derecho a menospreciarla y denostarla abusando de la tribuna pública que otorga El Mercurio (que tampoco es un santo, pero ése es otro tema).

Qué pena. Qué pena que los pokemones y cia deban aguantar que les peguen, que los ridiculicen sus pares adolescentes, chiquillos de su misma edad que tampoco conocieron lo que es la tolerancia. Pero más triste es ver que una mujer ya grande y líder de opinión (ex líder para mí), tenga las patas para discriminar y denigrar a un grupo de chiquillos piola que sólo quiere vivir en paz su proceso de crecimiento hacia la adultez y expresarlo como se les venga en gana.

Finalmente, y ésta es quizás la más grande, qué pena que haya gente fascista que se deje llevar por estas opiniones y concuerde con ella. Por favor quienes lean la columna, no olviden leer los comentarios, hay de todo y eso, por suerte, es bueno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

todos esos grupos sonsubproductos del sistema quetantos dices detestar la falta de identidad carencia de afecto por no estra los padres presentes

hablas de fascismo como habla fukuyama. idim amin dada esfascistaentonces .

con respecto ala flata de tolerancia si es una sociedad intolerante manipulada por unos pocos incluso en el s20 muchos sufrieronesacruel intolerancia
ramiro ledezma
joseantonio primi de rivera
cornelio codreanu
michel murras
y otros ...
miren donde quedaron y la mayoria era gente obrera y de los sindicatos anarkistas de izquierda como benito .
ay qunrepasar la historia y aprender de ella..
ñoño santibañez

Relacionados

Blog Widget by LinkWithin