Me ganaré muchos enemigos por este post, pero no quiero ocultar mi pensamiento.
Me desayuno esta mañana con la noticia de que varias universidades desean reinstalar la Prueba de Aptitud Académica.
Los argumentos van para muchos lados. Surge el tema de los aportes fiscales, de la necesidad de regresar a un instrumento que permita seleccionar buenos alumnos para todo tipo de carrera, que medir la calidad de la enseñanza al mismo tiempo que se tiene una herramiento de ingreso no es justo, etc.
Aún no decido mi postura frente al tema. Por un lado es lógico que la prueba de ingreso deba medir conocimiento adquirido en la enseñanza media. Justo o no justo, creo que nunca ningún modelo le hizo justicia a los valores de la equidad. PAA o PSU de por medio, no hay justicia social para quienes quedan marginados de ambos sistemas, que probablemente sean los mismos.
Deduzco que la cosa debe ir más por el lado de las platas, lo que me ha generado una interesante reflexión.
Raúl Morales, decano de la Facultad de Ciencias de la Chile, expresa en un modo un poco complejo para el entendimiento general, la idea de que la PAA permitiría reordenar los aportes directos que hace el Estado a las universidades. No sé qué tenga que ver eso con la PAA directamente. El mismo ordenamiento se podría hacer en la PSU. Pero en fin.
Él dice otra cosa que me parece mucho más interesante: "Por su parte, las universidades privadas deben buscar sus propios mecanismos de selección universitaria y no continuar usufructuando de un costo que han externalizado sobre la principal universidad estatal chilena y el estudiantado secundario nacional que, en más del 50%, ni siquiera postula ni accede a sus instituciones de educación superior, pero cuyo aporte financiero, les permite obtener gratuitamente una garantía de éxito en la selección sin esforzarse para obtener tal beneficio".
La Universidad de Chile coordina todo el proceso de la postulación a las Universidades del Consejo de Rectores. En tiempos no tan lejanos cualquiera se matriculaba en una universidad privada teniendo la plata. Hoy, sin embargo, algunas utilizan los resultados de la PSU para filtrar a sus nuevos estudiantes y obtener sus beneficios sin aportar dinero al proceso (que es bastante caro).
Para mí la discusión de fondo es la existencia de universidades privadas.
No nos pisemos la capa entre súper héroes. Los sistemas de educación funcionan así: la gente que tiene plata se paga su educación. La que no tiene recibe educación pública. Siempre ha sido así. Si yo quiero estudiar en una institución privada y ésta no tiene becas contempladas y yo no tengo dinero ¿qué hago? ME JODO.
Yo habría querido estudiar en un colegio particular de chiquita. No sé, algo con nombre inglés. Habría aprendido idiomas, me habría ido de intercambio en tercero medio. Mi gira de estudios hubiera sido a Brasil. Ay, qué lindo hubiera sido. Pero bueno, yo era pobre.
Quiero decir: no hubo fondo solidario ni crédito para que yo pudiera estudiar en un colegio privado porque así funcionan los países y el mercado que todos tanto odian y tanto prefieren.
Yo no me hago drama, pero me tuve que partir el lomo en la educación pública (a la que amo y defiendo, por cierto) para luego poder llegar a la Católica y estudiar gratis con una beca.
¿Por qué yo debo poner plata para que otros porros estudien en universidades privadas si nadie la puso por mí antes? El Estado te permite ir a la universidad. Claro que sí. Hay varias universidades, hay un montón de carreras y las posibilidades de acceder a créditos y becas son cada día más grandes. No es que el Estado no tiene capacidad de absorber la masa crítica y los talentos que genera el país. No. No es el caso. Entonces yo defiendo a ultranza el principio de que no se deben subsidiar las universidades privadas.
Si las universidades privadas ejercieran un rol que el Estado no puede, te lo concedo. Pero no es así. En las universidades del norte quedaron carreras vacías, vacías literalmente porque nadie postuló. Porque como es más fácil estudiar publicidad en la Universidad del Pacífico, para qué me voy a sacrificar a ir al norte a obtener una enseñanza de calidad. Sobre todo si el Estado acá me paga mi parte igual.
No es así, señores. Si nos gusta que la educación privada tenga las libertades que tiene y se desarrolle de la manera en que se desarrolla, hay que asumir esos costos. Si la cadena de educación privada dice que sólo los ricos vayan a los colegios privados, bueno, que sólo los ricos vayan a las universidades privadas también.
Yo sé que es duro, pero no todo el mundo debe ir a la universidad. Quién decide quién va y quién no va... complejo. Pero hay una decisión a nivel país: las pruebas de selección. Ellas deciden. No dije que fuera justo, pero es el modelo que tenemos.
Quienes no se partieron el lomo en sus colegios con número, perdieron su chance. Y es así la realidad. Hay casos y casos, yo lo sé, pero éste es un mundo imperfecto.
Yo no quiero que los altos impuestos que pago día a día terminen financiando la carrera de cualquier tarado que luego venderá su trabajo mediocre a un bajo precio, tan bajo, que nos obligará a nosotros, los brillantes, a tener que medirnos por ese bajo precio. UH, QUÉ COINCIDENCIA CON LA REALIDAD DE LA CARRERA PERIODÍSTICA.
Las universidades privadas nos han hecho un daño irremediable como sociedad. Nos han destruido. Han destruido los avances que en materia técnica podría haber tenido un país como Chile, metiéndonos en la mente que si no vas a la universidad bien vale que te suicides.
No es así. La vida tiene tantos caminos que ni siquiera alcanzaremos a recorrerlos en los 80 años que estaremos aquí. La universidad no es el único camino, es uno de miles. Pero cómo convencer a un joven de 17 años de eso. Cómo convencerlo si por todos lados está el bombardeo que el futuro comienza en las casas de estudio universitarias.
Bueno, habrá que convencerlo a la manera mala: si no pudiste entrar al régimen estatal bajo sus condiciones, bueno, sal a buscarte la vida de otro modo.
Yo no quiero poner un solo peso para quienes estudien en las universidades privadas.
Puedo reconsiderarlo si se trata de carreras que contribuyan al país. Pero en aquéllas donde las universidades tradicionales logran satisfacer con creces las demandas del mercado, nadie debe dar un solo peso.
¿Qué vuelva la PAA o no? Creo que en el saldo final me es irrelevante. Lo bueno es que siempre que sale el tema es una excusa para expresarse sobre la educación privada. Aquí queda mi pensamiento.
Sin embargo no puedo pasar por alto que los ricos son quienes terminan estudiando en las universidades públicas, porque tienen la mejor educación. Eso es cierto y no lo vamos a desconocer. Pero yo no he tenido el placer de encontrarme con alguien realmente talentoso, inteligente, brillante, que no haya podido entrar a la universidad pública y se haya quedado dando bote. (Digamos que 600 puntos no son brillante, nene. Hablo de 700 arriba). Eso no se da.
Si algún caso existiera, esa persona es tan talentosa, inteligente y brillante, que encontrará un camino diferente y mucho mejor a éste. Nos dará cátedra de la vida.
La solución a ello no es la universidad privada. Puedes trabajar y volver a intentarlo o estudiar una carrera técnica (que tanta falta nos hace) porque éstas sí que están bien subsidiadas. Corresponde 100% que el Estado pague carreras técnicas.
Hay soluciones. Y si alguien se decide por la universidad privada, buenísimo, pero no con fondos del Estado. No con fondos del país.
Me desayuno esta mañana con la noticia de que varias universidades desean reinstalar la Prueba de Aptitud Académica.
Los argumentos van para muchos lados. Surge el tema de los aportes fiscales, de la necesidad de regresar a un instrumento que permita seleccionar buenos alumnos para todo tipo de carrera, que medir la calidad de la enseñanza al mismo tiempo que se tiene una herramiento de ingreso no es justo, etc.
Aún no decido mi postura frente al tema. Por un lado es lógico que la prueba de ingreso deba medir conocimiento adquirido en la enseñanza media. Justo o no justo, creo que nunca ningún modelo le hizo justicia a los valores de la equidad. PAA o PSU de por medio, no hay justicia social para quienes quedan marginados de ambos sistemas, que probablemente sean los mismos.
Deduzco que la cosa debe ir más por el lado de las platas, lo que me ha generado una interesante reflexión.
Raúl Morales, decano de la Facultad de Ciencias de la Chile, expresa en un modo un poco complejo para el entendimiento general, la idea de que la PAA permitiría reordenar los aportes directos que hace el Estado a las universidades. No sé qué tenga que ver eso con la PAA directamente. El mismo ordenamiento se podría hacer en la PSU. Pero en fin.
Él dice otra cosa que me parece mucho más interesante: "Por su parte, las universidades privadas deben buscar sus propios mecanismos de selección universitaria y no continuar usufructuando de un costo que han externalizado sobre la principal universidad estatal chilena y el estudiantado secundario nacional que, en más del 50%, ni siquiera postula ni accede a sus instituciones de educación superior, pero cuyo aporte financiero, les permite obtener gratuitamente una garantía de éxito en la selección sin esforzarse para obtener tal beneficio".
La Universidad de Chile coordina todo el proceso de la postulación a las Universidades del Consejo de Rectores. En tiempos no tan lejanos cualquiera se matriculaba en una universidad privada teniendo la plata. Hoy, sin embargo, algunas utilizan los resultados de la PSU para filtrar a sus nuevos estudiantes y obtener sus beneficios sin aportar dinero al proceso (que es bastante caro).
Para mí la discusión de fondo es la existencia de universidades privadas.
No nos pisemos la capa entre súper héroes. Los sistemas de educación funcionan así: la gente que tiene plata se paga su educación. La que no tiene recibe educación pública. Siempre ha sido así. Si yo quiero estudiar en una institución privada y ésta no tiene becas contempladas y yo no tengo dinero ¿qué hago? ME JODO.
Yo habría querido estudiar en un colegio particular de chiquita. No sé, algo con nombre inglés. Habría aprendido idiomas, me habría ido de intercambio en tercero medio. Mi gira de estudios hubiera sido a Brasil. Ay, qué lindo hubiera sido. Pero bueno, yo era pobre.
Quiero decir: no hubo fondo solidario ni crédito para que yo pudiera estudiar en un colegio privado porque así funcionan los países y el mercado que todos tanto odian y tanto prefieren.
Yo no me hago drama, pero me tuve que partir el lomo en la educación pública (a la que amo y defiendo, por cierto) para luego poder llegar a la Católica y estudiar gratis con una beca.
¿Por qué yo debo poner plata para que otros porros estudien en universidades privadas si nadie la puso por mí antes? El Estado te permite ir a la universidad. Claro que sí. Hay varias universidades, hay un montón de carreras y las posibilidades de acceder a créditos y becas son cada día más grandes. No es que el Estado no tiene capacidad de absorber la masa crítica y los talentos que genera el país. No. No es el caso. Entonces yo defiendo a ultranza el principio de que no se deben subsidiar las universidades privadas.
Si las universidades privadas ejercieran un rol que el Estado no puede, te lo concedo. Pero no es así. En las universidades del norte quedaron carreras vacías, vacías literalmente porque nadie postuló. Porque como es más fácil estudiar publicidad en la Universidad del Pacífico, para qué me voy a sacrificar a ir al norte a obtener una enseñanza de calidad. Sobre todo si el Estado acá me paga mi parte igual.
No es así, señores. Si nos gusta que la educación privada tenga las libertades que tiene y se desarrolle de la manera en que se desarrolla, hay que asumir esos costos. Si la cadena de educación privada dice que sólo los ricos vayan a los colegios privados, bueno, que sólo los ricos vayan a las universidades privadas también.
Yo sé que es duro, pero no todo el mundo debe ir a la universidad. Quién decide quién va y quién no va... complejo. Pero hay una decisión a nivel país: las pruebas de selección. Ellas deciden. No dije que fuera justo, pero es el modelo que tenemos.
Quienes no se partieron el lomo en sus colegios con número, perdieron su chance. Y es así la realidad. Hay casos y casos, yo lo sé, pero éste es un mundo imperfecto.
Yo no quiero que los altos impuestos que pago día a día terminen financiando la carrera de cualquier tarado que luego venderá su trabajo mediocre a un bajo precio, tan bajo, que nos obligará a nosotros, los brillantes, a tener que medirnos por ese bajo precio. UH, QUÉ COINCIDENCIA CON LA REALIDAD DE LA CARRERA PERIODÍSTICA.
Las universidades privadas nos han hecho un daño irremediable como sociedad. Nos han destruido. Han destruido los avances que en materia técnica podría haber tenido un país como Chile, metiéndonos en la mente que si no vas a la universidad bien vale que te suicides.
No es así. La vida tiene tantos caminos que ni siquiera alcanzaremos a recorrerlos en los 80 años que estaremos aquí. La universidad no es el único camino, es uno de miles. Pero cómo convencer a un joven de 17 años de eso. Cómo convencerlo si por todos lados está el bombardeo que el futuro comienza en las casas de estudio universitarias.
Bueno, habrá que convencerlo a la manera mala: si no pudiste entrar al régimen estatal bajo sus condiciones, bueno, sal a buscarte la vida de otro modo.
Yo no quiero poner un solo peso para quienes estudien en las universidades privadas.
Puedo reconsiderarlo si se trata de carreras que contribuyan al país. Pero en aquéllas donde las universidades tradicionales logran satisfacer con creces las demandas del mercado, nadie debe dar un solo peso.
¿Qué vuelva la PAA o no? Creo que en el saldo final me es irrelevante. Lo bueno es que siempre que sale el tema es una excusa para expresarse sobre la educación privada. Aquí queda mi pensamiento.
Sin embargo no puedo pasar por alto que los ricos son quienes terminan estudiando en las universidades públicas, porque tienen la mejor educación. Eso es cierto y no lo vamos a desconocer. Pero yo no he tenido el placer de encontrarme con alguien realmente talentoso, inteligente, brillante, que no haya podido entrar a la universidad pública y se haya quedado dando bote. (Digamos que 600 puntos no son brillante, nene. Hablo de 700 arriba). Eso no se da.
Si algún caso existiera, esa persona es tan talentosa, inteligente y brillante, que encontrará un camino diferente y mucho mejor a éste. Nos dará cátedra de la vida.
La solución a ello no es la universidad privada. Puedes trabajar y volver a intentarlo o estudiar una carrera técnica (que tanta falta nos hace) porque éstas sí que están bien subsidiadas. Corresponde 100% que el Estado pague carreras técnicas.
Hay soluciones. Y si alguien se decide por la universidad privada, buenísimo, pero no con fondos del Estado. No con fondos del país.
1 comentario:
uy ... he peleado con tanta gente de privadas porque considero tan absolutamente mediocre lka educación que les dan, sobre todo con gente de nuestra misma área...
es increíble que por el precio de un estudiante salido de la chile o la cato le paguen a tres de privadas...
en fin, creo que no debieran existir, al igual que tú, porque encuentro absolutamente injusto que uno que se sacó la mierda en media trabajando y estudiando a la vez tenga que salir a competir al mercado con parte de esta gente que no hizo esfuerzos en la media... uno estudió con beca en la media y en la u, gracias a un esfuerzo realizado... en fin, creo que las universidades privadas no son la opción, sobre todo en carreras humanistas donde no hay campo para nadie....
saludos desde el sur
Publicar un comentario