14 de octubre de 2009

El sueño más extraño del universo (incluye un Hamlet de metal)

Ok. Me iba a la playa con la Marru, a una casa de alguien que era conocido de ella. Me iba con mis hermanos. Estábamos allá, todo bien. De repente me toca ir a buscar algo a unas boticas, no recuerdo qué. Pero en todas me decían "aquí no hay, tiene que ir a la otra botica". De regreso en la casa, nos teníamos que esconder cada cierto tiempo porque pasaban unos hombres en carretas tiradas por caballos. Era muy extraño. De pronto yo estaba dando clases de emprendimiento y los alumnos tenían que entregar unas cajas. Y en muchas de las cajas venía plata además del trabajo, ¿me estaban sobornando? Como sea. De regreso en la casa mi hermano me pedía plata para ir a comprar y yo le daba. De pronto otra vez pasaban estos hombres y yo me encuentro escondida y conteniendo la respiración detrás de unas maletas donde se suponía que no podrían verme. Imagínense mi sorpresa cuando, en realidad, el que estaba escondido detrás de esas maletas era Hamlet. Pero no el verdadero, sino una versión metálica al estilo Pinocho. Hamlet estaba parado de cabeza y de repente se le empezó a caer todo, los tornillos, los circuitos eléctricos, su cara, todo, y empezó a quedar un esqueleto metálico. Lo más extraño de todo es que de repente se le cae el pene y le queda atravesado entre los brazos (recuerden que estaba parado de cabeza), entonces Hamlet se sacó la cabeza del cuello y se la insertó en el pene. Yo estoy segura de que en ese momento se me pasó el típico chiste de que los hombres piensan con el pico.

Cuento corto que miro hacia un costado y estaba el creador de Hamlet, una especie de Gepetto, pero parecido a Robert Downey Junior que había estado contando toda la historia del personaje. Y para rematar su trágico desenlace, comienza a cantar una canción que tuve sonando toda la mañana en mi cabeza y que ahora ya olvidé, pero que tenía unos acordes muy parecidos al final de Chop Suey de System of a down sumado a lo que cantaba una de las actrices de El desvarío hacia el final de la obra.

Y desperté. Y había dormido 10 horas porque ayer me acosté temprano. :D

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GUAU. Freud se caería de raja y no podría con esto. Qué imaginación más fértil ;)

Luisa Ballentine dijo...

Jajaja, seeeee, qué sueños locos que me mando a veces.

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