26 de julio de 2010

El omega 3 ya no me basta, necesito omega OCHOCIMIENTOS MILLONES (o cómo mi cebrero deja de funcionar algunas veces)

Ayer venía subiendo a mi departamento por el ascensor (obvio, piso 25 es algo que espero nunca tener que hacer a pie) y de repente paró y me bajé. Una chica se subió en el mismo piso.

Venía sumida en mis siempre tan estresantes tribulaciones empresariales, básicamente un día normal en mi vida.

Cosa que voy caminando por el pasillo (mi departamento es el último, esquinero) y empiezo a ver que todas las puertas tienen cartoncitos abajo para proteger del yeso (porque están arreglando el edificio entero por el terremoto) y entonces pienso "ahora ponen el cartoncito del orto cuando tengo todo el comedor BLANCO DE YESO que se filtró por abajo).

Sigo avanzando y veo que taparon con cinta los números de las puertas y pienso "ahora tapan los números de las puertas, si ya quedaron todos blancos".

Saco la llave y abro. Y no me abre la puerta. Doy vuelta la llave y pienso "bah, pensé que esta llave abría por los dos lados... bueno, creo que en estos meses que vivo acá milagrosamente siempre la he puesto del lado correcto". La meto del otro lado, entonces... tampoco abre.

Y mientras mi cabeza comienza a pensar muy rápidamente qué pudo haber pasado y qué tendré que hacer para poder entrar, me doy cuenta de que estoy en el piso 21.

Suerte que no había nadie en el departamento, sino me cagaban a palos ahí mismo.

Todo esto me hace concluir que mi mente no está en su mejor momento social. Está en el mejor momento del metamagement, pero no está preparada para estas cosas. Mi loza se acumula, el delivery es mi mejor amigo, por suerte lavé ropa la semana pasada, así es que me queda para un buen rato, pero he concluido que tenemos dos opciones en orden a poder convivir en esta sociedad y seguir sus cánones:

1) O me compro battery al por mayor
2) O me busco una nanita como los cuicos

Mientras tanto mis vecinos pueden juntar miedo porque en cualquier momento llegaré a tratar de abrirles las puertas haciéndome pasar por alguna entidad paranormal...

No sé por qué escribí eso útimo, ahora me va a dar miedo dormir.

Ayyyyyyy.

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