22 de abril de 2011

Reflexionando sobre innovación y globos

A propósito de una entrevista sobre innovación que vi en el cable, debo decir varias cosas. La primera es que el periodismo que cubre el área cada día se parece más a una junta de viejas copuchentas que se toman un té y pelan. En este caso pelan a la empresa chilena que, según ellos, no desarrolla la innovación.

Segundo, si eres gerente general de una empresa que te la puso una universidad, es bien fácil ser innovador. Si a mí viene alguien a ponerme una empresa, la verdad, si quiebra me da lo mismo, total no es mía en realidad, soy un mero gerente. Pero ay de mí si quiebra una empresa que puse con el sudor de mi bolsillo y de mi frente. Me mato. Y después empiezo de nuevo.

El punto es que ya estoy chata de leer y escuchar en todas partes que Chile es un país lleno de empresas tradicionales, que acá nadie piensa de manera diferente y que por todo eso estamos cagaos. Hay gente que está innovando de una manera que NO SE PUEDE CREER. Y yo los conozco, pero claro, son emprendimientos de menor escala.

Lo que pasa acá es que todos, y cuando digo todos me refiero a los profesores de las universidades y los gerentes de estas empresas que las universidades arman, o sea gente que NO ES EMPRESARIA NI EMPRENDEDORA, quieren que acá en Chile haya una nueva Nokia. Pero que la hagan los otros que en vez de eso están haciendo, no sé, carritos de completos o fábricas de globos.

Estamos a años luz de eso. Estoy cansada de escuchar una y otra vez que la educación esto, y el desarrollo, y el emprendimiento para sacar al país del subdesarrollo. Estoy chata.

En vez de eso quiero escuchar sobre las motivaciones de las personas, sobre lo importante que es cultivar los sueños, sobre cómo poder hacerlos realidad, sobre la búsqueda de una vocación.

No me siento parte de un engranaje para sacar a Chile del subdesarrollo, me siento parte de un movimiento que busca que seamos más felices. Por favor. Es lo único que me importa.

Y los helados.

Y termino con la anécdota que siempre cuento en mis talleres de emprendimiento: un señor nos contó una vez en una reunión de emprendedores que cuando a él lo echaron de la empresa donde trabajó como 50 años, se vio en la posición de no saber qué hacer con su vida. En vez de tomar su gran indemnización y buscar inversiones tradicionales, decidió reflexionar sobre qué lo hacía feliz en la vida. Y su respuesta fue: los globos.

En esta parte la cara de sorpresa de todos es maravillosa. A este señor le gustaban los globos, así de simple. Hoy en día es una de las microempresas más importantes en decoración con globos. Porque la cosa no es ponerse a emprender, es poder ganarse la vida con lo que a uno le gusta.

Si yo, que le tengo un poco de miedo a los globos, me pongo a pensar "uy, mira, podría ser un buen nicho hacer decoraciones con globos"... ME VA A IR COMO EL HOYO!!!!!! Dejemos de buscar lo que podría ser rentable, lo que quizás pudiera sacarnos de nuestra pobreza material, lo que tal vez es una mina de oro. Busquemos lo que nos hace vivir felices y con alegría, lo que nos da ganas de levantarnos. Es el único motor que nunca, nunca, nunca se funde.

Ahí está la magia. Y luego la plata llega sola. Se los juro.

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