17 de mayo de 2011

Profesionales de segunda categoría

Esto no es nada nuevo. Siempre ha existido. Yo, en lo personal, siempre he estado en esta categoría: los profesionales de medio pelo, los de poca calaña o, en otras palabras, aquéllos a los que la gente se siente con el derecho de pedirles que les trabajen gratis por considerar que su trabajo es poco importante.

Pasa mucho con los diseñadores gráficos, creo que puede ser el caso más dramático, el periodismo ni decir, todo quien necesite un texto para su web o cualquier cosa, cree que uno se lo tiene que hacer porque adentro del trasero guarda un set de párrafos que va sacando y armando con magia. Y además te piden siempre que que les regales tus bases de datos para que manden info a los medios. Como si esas bases de datos vinieran en un CD que te regalan junto con el título y uno no hubiera tenido que hacerlas a mano recolectando datos uno por uno.

Todo esto a propósito de una persona que me mandó un mail diciendo que no alcanzó a comprar su cupón en Grupón, pero quiere que le venda un servicio para su polola al mismo precio que costaban los cupones. O sea con 58% de descuento. Simplemente por ser él, porque quiere probar el servicio.

Me encantaría ir al Bravíssimo y que me vendan el helado del nuevo sabor con 58% de descuento, pa probarlo, obvio. Ni qué decir la Piccola Italia, sería mi sueño.

La respuesta obvia fue un gran NOT!, y hasta se armó un pequeño debate con conocidos míos en torno a la fidelización y a que yo debiera haberle ofrecido algo para no perderlo. Lo que me lleva a la reflexión con la que terminaré este post mañanero, dedicado a todos mis amigos emprendedores y freelancers:

No todos los clientes son necesarios ni valen la pena. No se debe fomentar la patudez y la frescura de los que quieren pagar menos porque no valoran tus servicios. En mi caso existió la posibilidad de comprar un cupón con un 58% de descuento. No es que los cupones se agotaron ni nada parecido, esta persona simplemente no lo compró, teniendo 24 horas y por internet, no es que tenía que venir pa acá y vive muy lejos. O sea, no hay por dónde justificarlo. Una cosa es ayudar a un amigo (yo pienso que a los amigos uno o les cobra lo que vale el servicio o se los hace gratis y punto; yo prefiero siempre ayudarlos gratis), hacer un trueque, ser voluntario, o hacer una pega gratis sabiendo que eso va a traer beneficios para tu carrera porque estás trabajando con gente muy grosa o lo que sea. Otra cosa es darle la pasada a alguien que claramente no tiene la intención de valorar un trabajo y sólo quiere obtener un descuento jugoso.

Parte por casa darle valor al trabajo de uno y no aceptar condiciones con las que uno no está de acuerdo.

Incluso es una cuestión de actitud, si alguien me escribe porque de verdad está muy cagado y necesita ayuda, es muy poco probable que yo le diga que no; pero venir a dárselas de patrón de fundo, que porque uno hace un trabajo "menor" debe poco menos que agradecer tener la posibilidad de trabajarle a cualquier precio... no. Y ahí es donde tenemos que poner el punto nosotros.

No mendiguemos clientela porque eso nos lleva a rodearnos de gente que nunca va a pagar lo que vale. Y al final perderemos nosotros, no pudiendo vivir del trabajo que hemos elegido.

Pensemos en cualquier profesión u oficio, ¿acaso podemos pagar lo que queremos en el médico? El otro día tuve que pagar 10 lucas pa que me sacaran mi tumor de patos en el oído... yo le hubiera ofrecido 3 lucas... Y GENEROSAMENTE. Estuve 10 minutos en total en la consulta. Pero bueno, él tiene sus tarifas y así funciona Fonasa.

Así mismo tenemos que funcionar nosotros: tenemos un precio, que consideramos justo. Mucha gente considerará que es muy caro, pues bien: ésa gente no es nuestro cliente. Así de simple. A veces por miedo a no tener nada, uno acepta cualquier trato y así es como después terminamos peor.

Pongámonos las pilas. Seamos firmes, compañeros. He dicho. Caso cerrado.

8 comentarios:

Daniela González dijo...

Estoy ABSOLUTAMENTE de acuerdo contigo, Luisa.
El año pasado me tocó editar un texto enorme por muy poca plata. Cuando acepté esas condiciones no tenía idea de todo el tiempo que iba a gastar. Y como a mí me gusta hacer las cosas bien y ser derecha, gasté todo ese tiempo por la caca que me pagaron. NUNCA MÁS. Fue el peor negocio que he hecho pero después de eso, he cobrado más plata que la cresta por nuevos trabajo del mismo tipo. Ese piso no lo pagaré dos veces, no señor.
Felicitaciones.

Luisa Ballentine dijo...

Tal cual, Dani! así mismo pasa! Es horrible. Lo importante es que nos mantengamos firmes. Sí que sí.

Nelson Alvarez dijo...

¡Muy bien hecho! A mí me cuesta una enormidad cobrar y siempre termino metido en cachos perdiendo tiempo y haciéndolos de mala gana por no cobrar. Hace meses un conocido no más me empezó a hinchar para que le hiciera clases de programación web. Al principio caí y le dije que bueno, total no me costaba tanto pensaba yo, y era sólo cosa de buena voluntad. Después el tipo quería que yo fuera a su casa, que le enseñara mil cosas y que fuera en el horario que el quisiera. Ayer cuando me empezó a hinchar le dije "ok, pero son 5 lucas la hora" (5 lucas que sigue siendo un regalo pensaba yo!) y el tipo se hizo el súper ofendido con frases del tipo "¿Me cobrarías a mí?" Mi respuesta fue "Tengo que alimentar a mis hijas" y fin de la conversación.
Finalmente en la pura micro me habría gastado más de mil pesos y claramente una hora de trabajo no debería costar 4 o 5 lucas.

¡Saludos!

Luisa Ballentine dijo...

Qué fresco!!! Se pasóooooo, las quería todas y gratis. Así no es la cosa pues! Muy bien que le cobraras, a ver si paga lo que vale y aprende la lección. Patuito no más.

Saludos!

Juan Punto dijo...

Esa es mi Luisis! Y es verdad, a los diseñadores gráficos nos toman el pelo siempre. Quieren "dibujitos" como si uno los cagara. Te dice "porque tal cobra una nada", pues bien, vaya con tal, no conmigo. Y lamentablemente hay muchos "tales" en este oficio que hacen cualquier cosa, pero la gente sale feliz igual. Y da bronca. En fin... Alcemos las pancartas y a romper potos de gente mal intencionada! jaja

Luisa Ballentine dijo...

Seeeeeeeeeee, tú lo has dicho! Así tiene que ser. Si hay otros más baratos, genial, que vayan con ellos. Total la fila de llorones arrepentidos no me molesta. Arrepentidos, claro, que tendrán que pagar acá lo que vale la calidad.

:D

Lucila dijo...

APOOOOYO! Aún estando desempleada por no aceptar condiciones que no me cerraban, apoyo. :)

Un compañero del taller de actuación, el otro día: ''Me hacés un 2x1 para tu obra?''. Yo: ''Me encantaría pero no, no voy a poder''. Viene igual. La pasa bomba. Me agradece el buen rato. La clase siguiente de actuación aparece con unas altas llantas de $450 mangos.

Luisa Ballentine dijo...

Es que hay que apoyar!!!! Aunque cueste, porque es cierto, a veces viene el desempleo, pero es necesario darse su lugar.

Compañeros como el tuyo abundan!!! Hay que ser firme: pague lo que vale. De última que ofrezca un trueque.

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