27 de enero de 2006

Porque nuestra sangre es más de Chompa que de Dior

Me terminé de convencer de que Evo Morales es un transgresor. Y no sólo lo digo por aquella vez en que conocí de cerca lo que era un virus computacional (sí, se me abrían ventanas con su fotografía y no había manera de pararlas... eso es una invasión con estilo); sino también porque hay que ser muy cara de palo para ser consencuente con la moda nacional.

Yo no me burlaré de la gran chompa (aunque quizás sí, por fea, ya que he visto mejores), al contrario, quiero destacar el espíritu de este hombre que recorrió el mundo ataviado con esa honorable prenda autóctona de Bolivia.

Definitivamente yo no podría ser Evo. A mí el protocolo me puede. Donde me llegaran a mirar raro la primera noche, al otro día partía a comprarme un Gucci y un par de sandalias ad hoc. A lo mejor es por su condición de hombre universal: no-me-importa-cómo-diablos-me-veo, pero sin duda hay que tener mucha convicción para no dejarse achacar por lo que diga el entorno.

Y es que el mundo de la política es como cualquier otro. Son envidiosos, fijones, traicioneros, lights, reguetonescos, etc, etc; como cualquier ámbito de la vida. Hasta Lady Di, con su figura y elegancia incluida de fábrica en el ADN, sucumbió ante la presión por tener una imagen que satisficiera a los demás. Es más: para las cumbres de la APEC, los mamones ESTRENAN TRAJES NUEVOS y se sacan pica "ay no, el traje que les di yo, era mucho más bonito y fino con las sedas del oriente. Ay no, pero el mío era más elegante porque tenía incrustaciones de plata"... hay que verlos, si esto es algo muy frívolo.

Por lo mismo, Evo tiene que tener cuero de chancho... y un convencimiento real y sensato respecto de lo que respresenta algo tan trivial como su vestimenta. A Evo le importa una raja lo que digan los tabloides mediocres de Sudamérica o los tabloides mediocres de Europa. A Evo le importa una raja que la Carola Jorquera lo encuentro shulo en el matinal de Chile (esto lo estoy inventando porque a esa hora duermo, pero no dudo que puede estar muy cercano a la realidad). A Evo le importa una raja que ahora todos para vacaciones lleven chompas en vez de chalecos y sweters.

Evo tiene garra. Porque ¿qué diablos hace el presi (independiente de que yo lo adoro) vestido de Armani (invento la marca, pero no debo andar lejos)?, ¿qué diablos hace Toledo vestido de Dolce&Gabana?, ¿qué diablos hace la Sra. K vestida de Dior? Ésa no es nuestra realidad. Ésa es nuestra estúpida pretensión... siempre tan basada en querer ser otra cosa.

Acá nosotros también tenemos tradición textil y el protocolo debería imitar a Evo. Y si es por ese aparentar endógeno que tenemos; hay piezas bastante caras que se originan en nuestros telares. Incluso pueden decir que son importadas de Italia si les parece menos vergonzoso.

Yo aplaudo a Evo, porque su cara de raja es un síntoma inspirador para nuestros países. Una transparentación con lo que somos: "mira, acá nos vestimos así y sabemos que te parece shulo, pero nuestro pueblo lo ha originado con su esfuerzo y eso vale más que cualquier pretensión protocolar ridícula y shusheta".

Ojalá se imite este tipo de comportamiento reaccionario, porque es en estas pequeñas cosas donde se juega nuestra identidad. Y aunque siempre odiaré a Evo por su intento de conseguir mar a través de la infiltración en mi computador, le aplaudo su chompa y le encargo que me mande un par porque soy muy friolenta y este invierno se viene duro.

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