Increíble. Éste fue uno de los momentos en los que uno se queda plop por un lado y se llena de emoción por otro.
Me refiero al rescate de Ingrid Betancourt y otros rehenes en la operación Jaque.
Para empezar, se trata de un momento que, periodísticamente y socialmente, uno siempre esperaba. Siempre estábamos pendientes, a veces más atentamente que otras, pero la situación estaba (y sigue estando) dentro del listado de cosas que no andan bien en el mundo y por eso le dedicamos pensamientos de solidaridad a los rehenes. Y en especial a ella que se convirtió en el símbolo de todos los secuestrados por las FARC.
Detalles más, detalles menos, la información se irá dando en dosis siempre exageradas, como nos gusta a la prensa, pero lo que quiero decir es sobre el discurso que dio al bajarse del avión o el helicóptero: IMPACTANTE. Se ve una mujer que a ratos sonríe, se emociona, que está ENTERA, parada en sus dos pies con el recuerdo a cuestas.
Me impresionó mucho, y a todos en la casa. Mientras comíamos pan con palta a más de uno se le arrancó una lágrima por ahí al escuchar cómo ella narraba este día inolvidable a partir de hoy, desde que se levantó. Cómo en un momento pensó que quizás se iba a producir el instante tan esperado por todos, pero que finalmente se dieron cuenta de que seguían en manos de las FARC. Y lo más bello: cómo al subir al helicóptero se enteran de que son libres y casi lo votan de tantos saltos de alegría.
Me recordé de Ana María, una compañera colombiana que tuve cuando viví en Buenos Aires y que me dio mucha información condensada que necesitaba para defender mi trabajo sobre terrorismo en Colombia. Y que además hablaba con ese acento hermoso de los colombianos, el mismo que esta tarde se le oía a Ingrid.
Pocas veces se da una alegría global en el mundo. Ésta es una. Salud por eso y que no decaigan los esfuerzos por los que aún quedan. Paz para Colombia; y como dice un gran amigo: Sí sí Colombia, sí sí Caribe.
Me refiero al rescate de Ingrid Betancourt y otros rehenes en la operación Jaque.
Para empezar, se trata de un momento que, periodísticamente y socialmente, uno siempre esperaba. Siempre estábamos pendientes, a veces más atentamente que otras, pero la situación estaba (y sigue estando) dentro del listado de cosas que no andan bien en el mundo y por eso le dedicamos pensamientos de solidaridad a los rehenes. Y en especial a ella que se convirtió en el símbolo de todos los secuestrados por las FARC.
Detalles más, detalles menos, la información se irá dando en dosis siempre exageradas, como nos gusta a la prensa, pero lo que quiero decir es sobre el discurso que dio al bajarse del avión o el helicóptero: IMPACTANTE. Se ve una mujer que a ratos sonríe, se emociona, que está ENTERA, parada en sus dos pies con el recuerdo a cuestas.
Me impresionó mucho, y a todos en la casa. Mientras comíamos pan con palta a más de uno se le arrancó una lágrima por ahí al escuchar cómo ella narraba este día inolvidable a partir de hoy, desde que se levantó. Cómo en un momento pensó que quizás se iba a producir el instante tan esperado por todos, pero que finalmente se dieron cuenta de que seguían en manos de las FARC. Y lo más bello: cómo al subir al helicóptero se enteran de que son libres y casi lo votan de tantos saltos de alegría.
Me recordé de Ana María, una compañera colombiana que tuve cuando viví en Buenos Aires y que me dio mucha información condensada que necesitaba para defender mi trabajo sobre terrorismo en Colombia. Y que además hablaba con ese acento hermoso de los colombianos, el mismo que esta tarde se le oía a Ingrid.
Pocas veces se da una alegría global en el mundo. Ésta es una. Salud por eso y que no decaigan los esfuerzos por los que aún quedan. Paz para Colombia; y como dice un gran amigo: Sí sí Colombia, sí sí Caribe.
2 comentarios:
Es necesario que la gente de su voto de alegría por esas penalidades que sufre el mundo, la agonía que tienen que padecer gente secuestrada por no se muy bien que idea sobre que cosa. Aquí ( España ) padecemos esa lacra del terrorismo, ese hacer sin decir nada y matar y secuestrar y... Es necesario decir que debemos ser libres para decidir, que los actos sin sentido no debieran prosperar, que cada persona hoy sienta la inmensa alegría de una liberada como aquella pena en cautiverio que tuvo que experimentar. Porque es necesario comprender para poder avanzar y dejar atrás la barbarie, y poder expresar sin miedo a que me señalen con el dedo y dicirles, sin miedo a equivocarme, que Betancourt hoy duerme conmigo.
Abrazos.
hace mucho tiempo que no se veía un golpe mediático como este en latinoamérica, es bastante bueno por la trascendencia que adquirió Betancourt a lo largo de esto seis años de cautiverio, seguramente ha incrementado la confianza de toda Colombia en Álvaro Uribe, enhorabuena. El Cuervo te saluda desde México.
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