Ya conté la historia de cómo llegué a Matchbox 20 hace 11 años a través de la canción Push. Usted puede recordarlo acá.
La cosa es que después de Yourself or someone like you (primer disco que compré), vino Mad Season, regalo de mi inigualable proletín único e irrepetible ¿cumpleaños 22?, y hasta ahí llegó la cosa porque como todos saben: soy una fanática a mí manera, es decir, bastante ingrata, jojojo.
Me faltaba el que va entre medio de esos dos: More than you think you are (además del nuevo, que sólo trae un par de canciones originales porque es un grandes éxitos, so... no lo compraré); y estos días al fin terminó de descargarse en el gran e infectocontagioso Ares.
La cosa es que le doy play y entramos de nuevo en la misma espiral de siempre: todas las canciones son magníficamente gloriosas.
Yo sé que ustedes me entienden y aplican esto a sus propios discos favoritos. Es sentarse y escuchar un disco que fue hecho para uno, como si leyeran desde mi pensamiento lo que quiero que digan en las canciones y cómo quiero que suenen y tal cual lo hagan.
Estoy enamorada de este segundo disco que recién me dieron ganas de bajar de internet, así como del segundo y del primero. Hay canciones que me pegan más que otras, pero siempre hay una inigualable por la que uno podría morir si no la tocaran en un concierto. Les pueden hacer click encima y descargarlas para que compartan mi música... si desean.
En el primero es Push, inevitablemente. En el tercero es Rest Stop, aunque hay varias muy buenas, la misma Mad Season; y ahora en el segundo me debato entre varias pero opto hoy por Bright Lights porque fue la canción que me hizo desear bajarlo cuando la escuché por ahí investigando hace unos meses.
Y por supuesto que me rayé. Y por supuesto que este segundo disco y yo tenemos una larga relación por delante. Y por supuesto que cuando la plata sobre me lo compraré original. Y por supuesto que espero poder verlos algún día en concierto porque el vocalista canta increíble e igualito.
Por ahora me quedó con los sonidos no más y esa esencia que me sedujo el primer día y que sigue intacta; y los que se atrevan a descargar, después me cuentan qué onda.
La cosa es que después de Yourself or someone like you (primer disco que compré), vino Mad Season, regalo de mi inigualable proletín único e irrepetible ¿cumpleaños 22?, y hasta ahí llegó la cosa porque como todos saben: soy una fanática a mí manera, es decir, bastante ingrata, jojojo.
Me faltaba el que va entre medio de esos dos: More than you think you are (además del nuevo, que sólo trae un par de canciones originales porque es un grandes éxitos, so... no lo compraré); y estos días al fin terminó de descargarse en el gran e infectocontagioso Ares.
La cosa es que le doy play y entramos de nuevo en la misma espiral de siempre: todas las canciones son magníficamente gloriosas.
Yo sé que ustedes me entienden y aplican esto a sus propios discos favoritos. Es sentarse y escuchar un disco que fue hecho para uno, como si leyeran desde mi pensamiento lo que quiero que digan en las canciones y cómo quiero que suenen y tal cual lo hagan.
Estoy enamorada de este segundo disco que recién me dieron ganas de bajar de internet, así como del segundo y del primero. Hay canciones que me pegan más que otras, pero siempre hay una inigualable por la que uno podría morir si no la tocaran en un concierto. Les pueden hacer click encima y descargarlas para que compartan mi música... si desean.
En el primero es Push, inevitablemente. En el tercero es Rest Stop, aunque hay varias muy buenas, la misma Mad Season; y ahora en el segundo me debato entre varias pero opto hoy por Bright Lights porque fue la canción que me hizo desear bajarlo cuando la escuché por ahí investigando hace unos meses.
Y por supuesto que me rayé. Y por supuesto que este segundo disco y yo tenemos una larga relación por delante. Y por supuesto que cuando la plata sobre me lo compraré original. Y por supuesto que espero poder verlos algún día en concierto porque el vocalista canta increíble e igualito.
Por ahora me quedó con los sonidos no más y esa esencia que me sedujo el primer día y que sigue intacta; y los que se atrevan a descargar, después me cuentan qué onda.
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