28 de octubre de 2008

Beligerante

Si hay un concepto que me define a cabalidad y que me nombra con orgullo, es la palabra beligerante y su significación.

No lo puedo evitar, me encanta pelear. Me encanta el drama, el conflicto y sus distintas partes. Me encanta avistar un problema que se avecina, estudiarlo con detención, con los ojos entrecerrados, y luego declarar la maldita guerra.

Todo es guerra para mí. El trabajo es guerra, la familia, el día a día, el Transantiago.

Todo puede ser resuelto con la estrategia correcta y siempre es posible distinguir un enemigo. Es inevitable.

Y en la guerra se gana y se pierde. A veces me toca perder y a veces saboreo el triunfo de una derrota bien conseguida, peleando con armas limpias y manteniendo ciertos principios básicos de respeto a ciertas cosas o personas que lo merezcan.

Cuando pierdo en una guerra claramente declarada y desatada, ya sea unilatera, bilateral o multilateralmente, lo primero que hago es sentir perplejidad. Abrir la boca en señal de sorpresa... no siempre se ve venir el golpe. Luego acuso recibo de cierto dolor o molestia y tras eso observo el campo en que se ha librado la batalla y me maravillo con los recursos del oponente. Con sus decisiones, con su actuar, con su desplante.

El oponente pocas veces sabe que lo fue porque la mayor parte de la gente cree que este mundo está hecho de cotton candy, pero yo disfruto por él su victoria durante el breve instante en que me sonrío y me digo a mí misma "cómo me derrotó este hijo de la grandísima puta". Y felicito internamente a mi contendor por haber ganado en buena ley, por haber mantenido el nivel de la disputa y haberse desempeñado a la altura de su contrincante.

Luego todo se acaba, todo se normaliza y tranquiliza y vuelve a su quietud tradicional.

Lo único que diferencia el momento posterior del clímax de la guerra, es la imposibilidad de que los contendores vuelvan a ser alguna vez, lo que fueron cuando contendían.

3 comentarios:

Viviana dijo...

Me parece una visión muy inteligente y por completo acertada. Además de haber sido expuesta con suma claridad. Bien por vos!
Ahora me voy porque tengo que seguir guerreando con la inundación que se produjo en mi cocina. Quién se cree que es?
O acaso no sabe quién soy yo?
jajajajajajajajaja!
Besos

Anónimo dijo...

todo es dar la pelea, a veces con estrategia, otras solo instinto... lo malo es que no siempre rige la honorabilidad en el contrincate, es entonces donde corremos el riesgo de caer en lo mismo...
saludos,
Daniel.

Rocket dijo...

Una de las palabras que mas me sorprendió encontrar aquí fue BELIGERANTE, su significado muchas veces parece estar lejos del sexo femenino y estar mas de cerca del lado masculino. Tengo una historia que claramente muestra que la palabra BELIGERANTE es un rasgo muy poderoso de carácter y no solamente de nosotros los HOMBRES. En el grupo de amigos donde conocí la parte oscura de la calle, la indigencia y la verdadera lucha por la vida tuve dos amigos Edgardo y Leyla, todos caímos en la droga, el alcoholismo y el desaforo antisocial. Quizá sepas que el hombre muchas veces es inconforme aun ante la misma libertad y busca algo de sentido, orden o luz como lo quieras llamarlo, eso es lo de menos, y surge la beligerancia como una fuente de resistencia ante la muerte. Cuando conocí a Edgardo y a Leyla, los vi por primera vez en una casa antigua donde los mayores clientes de drogas son indigentes, desechables etc. Hablo de una calle llamada El Cartucho, en Bogotá, imagínate lo siguiente, una calle oscura donde los indigentes se agrupan para reunir algo de calor, son casi doscientas personas, en cada rincón niños, niñas, muchachos y ancianos soplando una pipa con lo peor de las drogas.. el bazuco, jugando con armas de todo tipo.
En la mitad de la cuadra una casa con la puerta de afuera abierta, en seguida de la puerta hay una escalera que conduce a un segundo piso, al final de la escalera hay otra puerta, cerrada, y con una ventana donde un man recibe el dinero y entrega las papeletas o pacos de lo que se le diga. La escalera son unos treinta escalones y a lo largo de ella unas veinte personas, hombres y mujeres con los ojos entredormidos y otros totalmente entrados en pánico, motivo: psicosis ocasionada por sustancias psicoactivas, alucinógenas o psicotrópicas.
En esta escalera encontré a Edgardo y a Leyla, no se cuantos días llevábamos sin comer, al final no importaba.
Después de un tiempo que nadie contó, los padres de Edgardo lo buscaron y lo encontraron, y lo convencieron de volver a la casa. Nunca lo volvimos a ver, Leyla tomó la decisión un día de recuperar su vida, así lo dijo y así lo hizo. Me llamó la atención que lo hiciera con ira y con la energía que solo un espíritu que quiere ser libre lo puede lograr, aun recuerdo una de sus frases favoritas " Son muchas las veces en que la naturaleza no favorece a los mas fuertes, a los mas presumidos o a los que mas oportunidades tienen para lograr algo, en cambio la mayoría de veces la naturaleza favorece a aquellos que creen que pueden lograrlo" La beligerancia es uno de los actos mas grandes de libertad y de fe que hay. Yo también fui un gran sobreviviente de la vida. Y aun lo soy, siempre que necesito fuerza, determinación o coraje para enfrentarme ante un reto recuerdo como superé las drogas y si lo hice soy capaz de lograr lo que quiera, al final soy un campeón, para mi lo soy y eso me es suficiente, ese es mi orgullo. De mi generación, solo 3 de cada 20 personas salieron de las drugs.. La beligerancia muchas veces es entendida como una razón mas de demostrar que la capacidad argumentativa es superior al de otra persona, tal vez sea así, eso qué importa, pero esto no nos hace ni peores ni mejores, cuando tu beligerancia te lleva a desarrollar una fuerza en ti que sobrepasa todo entendimiento, quizá ese día estés cerca de saber cuan grande es dar frente a la vida aunque para ello debas romper unas cuantas mandíbulas y probar mas de una vez el sabor de tu sangre cuando resbala de tu nariz, quizá algún día lo hagas y no necesites probar su sabor, pero degustarás tu valor y quizás tus hijos lleven este precioso legado en sus venas. Esto es sólo útil para campeones. Los demás pueden olvidarlo.

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